10 Rincones de México que Ningún Mexicano Viviendo en el Extranjero se Puede Perder

Si buscas una lista con las ciudades más importantes de México y que te guie hacia los principales centros turísticos del país, esta no es esa lista. Esta lista es un poco fuera de lo convencional. Es una lista para quien prefiere descubrir pequeñas gemas escondidas de México, que a menudo no se mencionan en los folletos turísticos. Pequeños rincones que ofrecen una ventana particular a la belleza mexicana… Muchos quedarán decepcionados por la omisión de su ciudad en esta lista, y tienen toda la razón. Parte de la magia de México es que en todas sus ciudades, villas, aldeas y pueblos, si sabes dónde buscar  (e incluso a veces sin saberlo, y solo por suerte) te toparás con algo sublime.  

10.- Dolores Hidalgo, Guanajuato

Si hay que empezar en algún lugar, que mejor que por el principio. Una madrugada del 16 de Septiembre de 1810, en este pequeño pueblo el Cura Jesuita Miguel Hidalgo y Costilla inició todo con un grito. Tocó la Campana de su parroquia de Dolores para congregar al pueblo y levantar a los mexicanos en armas en contra de la tiranía del virreinato español. Aquí comenzó la independencia de México del Reino de España. La historia de México comienza milenios atrás, pero su formación como país moderno comenzó en este pueblito que por cualquier otro rasgo sería uno más de todos los bellos pueblos mágicos de México. Pero resulta que en este, de entre todos, podrás visitar la iglesia donde el mencionado jesuita toco dicha campana, y hay pocas cosas en la Historia bizarra de México que tengan más valor sentimental y magia que eso.

Paigemorrison at English Wikipedia [CC BY-SA 2.5], via Wikimedia Commons

 9.- Piedras Negras, Coahuila.

Históricamente, arquitectónicamente y estéticamente, quizás Piedras Negras no tenga nada que hacer en esta lista. Pero gastronómicamente, es otra historia. No por nada Anthony Bourdain, el famoso Chef quien, antes de su temprana y lamentable muerte, viajaba por el mundo probando los mejores platillos de todos los países, decidió visitar en varias ocasiones a Piedras Negras. Una pequeña y aparentemente insignificante ciudad en la frontera noreste de México con E.E. U.U. fue el lugar que Bourdain escogió para filmar 2 de sus mejores episodios para sus shows televisivos. Y es que, lo que Piedras Negras carece en estética, lo sobre-compensa con el sabor de su comida y quién sabe si sean los ingredientes frescos de la región, las recetas ancestrales de los locales, o la buena mano que tienen para prepararlos. Pero la fama de la riqueza gastronómica de la región no es nada nuevo, ya que se popularizo y fue inmortalizada en ficción por el libro, “Como Agua Para Chocolate”, de mucha fama en la década de los 90s. Pero aparte de poder comer las mejores arracheras y tortillas de harina (recién paleaditas y calientitas), o una patagorría de borrego con pan de elote y jalapeño (plato típico de Piedras Negras, por no mencionar los internacionalmente famosos Nachos), algo también típico de Piedras Negras son la amabilidad, la hospitalidad y el filoso sentido del humor de su gente. 

Comisión Mexicana de Filmaciones from México D. F., México [CC BY-SA 2.0], via Wikimedia Commons

8.- Loreto, Baja California Sur.

El Mar de Cortes es un tesoro  marino de México poco mencionado y Loreto, situado en la bella y surreal costa desértica de Baja California Sur, con una variedad de flora y fauna como la de pocos lugares en el mundo,  es el primer lugar donde hubo un asentamiento humano en tal península. De hecho, inclusive antes de que se fundara la ciudad de Loreto con la Misión de Nuestra Señora de Loreto en 1697, a una corta distancia en la Sierra de San Francisco se han descubierto unas pinturas rupestres y petroglifos con una antigüedad de al menos mil años, evidenciando así que el vecindario ha sido popular por mucho tiempo.

Loreto es una encantador pueblito colonial que mantiene una tradición pesquera. En el Mar de Cortes podrás disfrutar de aguas cristalinas como las del caribe, con tintes verdes, turquesa y azul profundo, pero con unas magníficas dunas de fondo, así como la impresionante Sierra Giganta y el Cardon Gigante Columnar, que es la especie de cactus más grande del mundo. Y si eres de espíritu aventurero, el buceo,  el kayak, y la pesca son magníficas actividades que te pueden llevar a encuentros con amigables ballenas, delfines o lobos marinos, nuestros hermanos mamíferos acuáticos que a menudo buscan jugar en el agua con uno.

Adam Jones from Kelowna, BC, Canada [CC BY-SA 2.0], via Wikimedia Commons

7. Cuatro Ciénegas, Coahuila

De los pueblos mágicos de México, Cuatro Ciénegas es de esos donde realmente se siente algo distinto, algo misterioso. Y si la NASA tiene presencia ahí (Para estudiar microorganismos que posiblemente pueda usar para sembrar vida en otros planetas), entonces quizás valga la pena echarle un vistazo. El pueblo es ideal para quien quiera filmar una de esas películas hollywoodenses del viejo oeste (Western). Serían pocas las cosas que tendrían que adaptar para que  todo pareciera como las cosas eran en el siglo diecinueve.  La población en sí es digna de ser visitada solo para admirar su arquitectura y la tranquilidad de sus calles. Pero a solo unos cuantos kilómetros, en medio de uno de los más limpios y silenciosos desiertos que hayas visto, encontrarás una serie de bellísimos lagos, de agua cristalina, que te recordarán a los tonos de la Riviera Maya.    

Juan Carlos Fonseca Mata [CC BY-SA 4.0], via Wikimedia Commons

6.- Mérida, Yucatán.

Mérida es una de las ciudades coloniales más pintorescas y tranquilas de México. El calor húmedo y abrasador, las calles empedradas y la impresionante mezcla arquitectónica colonial francesa, española, británica, libanesa y holandesa contrastan perfectamente con la genialidad de las cercanas ruinas Mayas; todo esto haciendo de Mérida un lugar único. La ciudad también cuenta con exquisitos platos que sorprenderán a tu paladar con deliciosas recetas como el pavo en relleno negro con but, una herencia gastronómica de los mayas.

Mérida fue fundada por españoles en 1542 pero fue construida en el sitio de la ciudad maya de T’hó, la cual por muchos siglos habia sido un centro de la cultura Maya, y por lo tanto se considera que puede ser la ciudad más antigua y continuamente ocupada del continente Américano.

Governor’s palace“, at Merida, Mexico.
By Pedro Sanchez. July 2006.

5.- Holbox, Quintana Roo

A diez kilómetros de la costa de la Península de Yucatán, en medio del mar caribe perteneciente al estado de Quintana Roo, hay una isla cuyo nombre Maya es Holbox (Hoyo Negro). Para llegar a ella uno viaja a Can Cun, o a Mérida, y de allí se emprende otro corto viaje al Puerto de Chiquilá, donde se puede abordar un ferry o una lancha que lo traslada a uno a la isla en 20 a 30 min. La pequeña isla no es nada menos que un paraíso terrenal, y ninguna foto en ninguna revista o folleto de publicidad le podrá hacer justicia a los vívidos colores que la isla y el caribe ofrecen.

Uno de los principales atractivos de la isla es que no existen calles pavimentadas, por lo tanto uno se traslada en la isla en carritos de golf, en bicicleta o a pie. Y el desarrollo turístico ha respetado mucho al medio ambiente, ya que la isla pertenece a la Reserva de la Biosfera y Área de protección de Flora y Fauna Yum Balam. Hoyo Negro no podría estar más lejos de representar bien lo que uno va a encontrar en esta colorida isla, al menos que el nombre se refiera a esa otra propiedad de los Hoyos Negros, donde el tiempo deja de existir.            

4.- San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

San Cristóbal de las Casas,  ubicado en la región de Los Altos del estado de Chiapas, es un pueblo encantador cuyas calles de mampostería se sobreponen a un terreno montañoso, ya que la ciudad se encuentra en un pequeño valle rodeado de colinas. El centro histórico de la ciudad mantiene su clásica arquitectura colonial española, con techos de tejas rojas, calles empedradas y balcones de hierro forjado casi siempre con macetas llenas de flores.

Una densa selva, con valles llenos de abundancia agrícola y pinos anuncian la llegada a San Cristóbal. La pequeña ciudad es perfecta para explorarla a pie, y si bien hay pocas atracciones turísticas en el sentido clásico, toda la ciudad es como un museo viviente.

Davidlohr Bueso [CC BY 2.0], via Wikimedia Commons

3.- San Miguel de Allende, Guanajuato.

OK, OK, parece que ya son muchos santos en esta lista, y muchos de los llamados pueblos mágicos con sus bellos paisajes, arquitectura colonial e idílicas plazas centrales con majestuosas Catedrales que parecen de cuento de hadas. OK, les prometo este es el último pueblo en la lista nombrado en honor a un santo y de las características anteriores, lo que pasa es que este si es el pueblo mágico de México por excelencia.

Panoramic view of San Miguel de Allende, Guanajuato, Mexico at noon.
Picture taken by Ruiz on December 2004.

2.- Palenque, Chiapas.

Se erigió hace 2,300 años, y yo me imagino que el Rey Maya que haya encargado esta belleza arquitectónica, le ha de haber dicho a sus arquitectos, constrúyanme un campo de Golf aquí, en medio de la Selva Lacandona, pero en lugar de 18 hoyos, me van a construir 18 palacios.   

1.- Ciudad de México

Cuando el conquistador español Hernán Cortés vio por primera vez la ciudad azteca de Tenochtitlán, quedó deslumbrado por su belleza, e incluso menciono que le recordaba a Venecia.  Hoy en día cuando se arriba a La ciudad de México, sobre todo si es por vía aérea, uno se da cuenta de inmediato que ha llegado a una importante metrópoli. Con un estimado de 22 millones de habitantes la CDMX es la ciudad más poblada del hemisferio occidental, y la más antigua  en el continente de América del Norte. Las cercanas majestuosas pirámides de Teotihuacán son evidencia de que el área ha sido constantemente ocupada desde tiempos remotos. La fundación de Tenochtitlán, no ocurrió hasta más de 600 años después de que Teotihuacán fue abandonada. Incluso entonces era la ciudad más grande del hemisferio occidental y, según los historiadores, una de las tres ciudades más grandes de la Tierra.  

Juan Fernando Ibarra [Public domain], via Wikimedia Commons