Todo Mexicano en EU Tiene que Escuchar este Poema (Que No es Sobre el 5 de Mayo)

Nos encontramos recientemente con este poema y nos gustó tanto que quisimos compartirlo aquí con todos nuestros lectores. Es un poema muy relevante a nuestros tiempos, no porque sea sobre el 5 de Mayo, porque no lo es, sino porque nos arroja varias joyas sobre la vida y los sentimientos del inmigrante Mexicano en los Estados Unidos.

El poema lo escribe Melissa Tapia Cortez y hace claro desde el principio que, aunque se ancla en la celebración americana del Cinco de Mayo, no es acerca de ella. En lugar, “This poem is about dread.”

Ya entrado en el poema, nos llega directo al corazon: “This poem is about Mexico, mi lindo y querido Mexico… is about hurt and anger.” ¿Porqué? Como dice Melissa, porque cuando uno pasa por un vecindario de gente adinerada en EUA la única oportunidad para ver a uno de los nuestros es “When they cleaning up after people who don’t want them to be here.”

Pero el poema también sirve como una oda y celebración a la gente que soporta y sobrevive las circunstancias de la migración: “This poem is about my mom who never had an option but to be strong… my you have too much shit to do to fight this fight so i’ll fight it for you mami.”

Para el final, Melissa se adentra en el punto principal de su poema: “5 de Mayo is every day when you watch your culture sliced and butchered served up… to the people who want our food but not our stories, who want our words but not our voices to be heard.”

Photo by Artur Tumasjan on Unsplash

El punto que resalta Melissa a través de su poema es que, mientras por un lado a muchos Norteamericanos (no todos, cabe aclarar) les gusta la cultura Mexicana, al límite de la misma apropiación, por el otro no les gusta que los Mexicanos vengamos a este país. La creciente presión para expulsar a los inmigrantes ilegales y para disminuir la migración legal de países Latinoamericanos es una muestra de esto y de los tiempos que estamos viviendo.

Ustedes, ¿Qué piensan? ¿Están de acuerdo con los planteamientos del poema? Díganos en los comentarios abajo.

Creciendo en Estados Unidos, Lejos de la Familia

Muchos mexicanos que vivimos en Estados Unidos estamos separados de nuestras familias por diversas circunstancias. La más común es la deportación, la segunda es la inmigración en sí. Pero por cualquier número de razones el punto es que de ambos lados de la frontera se encuentran niños creciendo sin sus padres y padres extrañando a sus hijos. Hoy les quiero hablar de mi experiencia creciendo separada de mi familia esperando y alguien se identifique o quiera compartir la suya.

Photo by filipovsky on Unsplash

Nací en Pharr, Texas, una ciudad que limita con Reynosa Tamaulipas, la ciudad en la que reside mi familia, y donde felizmente pasé los primeros cinco años de mi vida, así como veranos y vacaciones escolares desde los seis a los dieciocho años.

Mi vida comienza a complicarse cuando mis padres decidieron que mi madre iba a dar a luz en los Estados Unidos. Su plan todo el tiempo fue que yo me fuera a vivir a México por el resto de mi vida, pero que tuviera la oportunidad de regresar a EU sin problema si así lo quisiera. Lamentablemente las cosas cambian. Fui criada en México aprendiendo a leer y escribir en español por parte de mi padre, quien se aseguró de que supiera que no importaba lo que sucediera, o si nací o no en Estados Unidos, primero que nada era Mexicana. En ese momento no entendía por qué era tan importante para mí recordarlo hasta que, en un cierto día mi madre me informó que me iba a mudar y que comenzaría a asistir a la escuela en Weslaco.

Una vez más, estaba confundida, no entendía por qué tenía que salir de mi casa, por qué no podía ir a la escuela con mi hermana, pero a la edad de cinco años no hay mucho que puedas hacer contra las decisiones de tus padres. Todavía recuerdo el día en que mi madre guardó mi ropa y mis juguetes y los tiró en la camioneta. Fue extraño ver todas las cosas que eran importantes para mi arrojadas descuidadamente en bolsas, me dolió. A la mañana siguiente, mi familia y yo tomamos la misma camioneta y nos dirigimos hacia Weslaco, Texas.

Había cruzado el Puente Internacional Pharr-Reynosa muchas veces antes, pero esta vez fue diferente. Las coloridas mariposas en tonos de naranja, verde y azul que decoran el frente de la estructura de concreto, las mismas que una vez encontré lindas y divertidas, parecían mirarme como burlándose de mi miseria. Sus ojos brillantes ya no eran divertidos, sino amenazantes. Durante casi una hora sollocé silenciosamente, asustada de la vida que me esperaba al otro lado de ese puente, asustada de lo desconocido, de una vida que no quería.

Acostumbrarme a Weslaco no fue fácil. Todo era tan diferente. No había niños corriendo en la calle jugando “los colores” o fútbol. De repente me sentí tan sola y encerrada. Pero no duró mucho, ya que solo una semana y media más tarde me inscribieron en pre-kinder. La escuela realmente no ayudó, me encontraba sentada sola la mayor parte del tiempo porque no podía hablar inglés, escuchaba a los niños reír y hablar sobre cosas que no podía entender y me sentía tan perdida. Las únicas personas con las que podía hablar eran las señoras de la cafetería durante el desayuno, e incluso ellas parecían desinteresadas. A medida que me sumergía en mi nuevo entorno, me acostumbré a luchar para seguir instrucciones simples, me acostumbré a que me llamaran “the mexican girl”, me acostumbré a ser diferente.

Photo by Arwan Sutanto on Unsplash

Durante muchos años tuve que vivir con una mamá de medio tiempo y viendo a mi papá y a mi hermana solo los domingos. Era como saber que tenía una familia propia pero aún así sentirme huérfana. La Pascua era muy difícil para mí porque todos vestían a su familia de cierto color y hacían juegos familia contra familia pero yo siempre estaba sola. Era la chicle de mi tía y mi primo. Mis compañeros en la escuela pensaban que yo no tenía papá porque nunca asistía a las asambleas o shows escolares. Por mucho tiempo odié a mis papás los culpe por mi soledad los culpe por la manera en la que todos me veían cuando ninguno de mis padres me acompañaba a la escuela, con lástima. Cuando mi tía me decía gorda o me decía tonta y no tenía quien me defendiera me preguntaba porque se deshicieron de mi. Yo entendía que me habían mandado a EU por mi bien pero mi educación y el idioma no eran importantes para mí, yo solo quería estar con mi familia yo ya no quería estar sola.

Pero el tiempo pasa, haces amigos, cambias de escuela y todo se acomoda. En tres años estaba hablando Inglés y me acostumbré a pasar más tiempo jugando adentro. Para los 12 años ya no veía mi vida en otra parte que no fuera EU. Y aún seguía sintiendo ansiedad cuando mis papás se regresaban a Reynosa los domingos por la noche, pero ya no me vomitaba como cuando estaba chiquita. Estaba sola en mi casa pero en la escuela tenía con quien platicar, todas mi amigas hablaban español y mi mejor amiga era de Veracruz así que ella sabía lo que era ser “the mexican girl.”

Para los 16 estaba agradecida por la decisión de mis padres. Yo veía como batallaban para pagar la universidad de mi hermana y los gastos de la casa y pensaba “conmigo no tienen ese problema porque no tienen que pagar nada.” Aparte, crecí siendo muy independiente porque no los tuve conmigo constantemente, así que mientras otros necesitaban que los ayudaran en todo, yo solo hacia las cosas que me parecían adecuadas. Creo que el estar alejada de ellos me hizo apreciar el tiempo juntos más. Yo veo que mi hermana tiene muchos rencores pero yo solo trato de recordar lo mejor de mi infancia.

Conforme fui creciendo me di cuenta que para ellos también tuvo que ser difícil dejar a su hija menor ir, que ellos también se han de haber sentido culpables cuando no podían asistir a algo. Aprendí que los padres solo intentan hacer lo mejor que pueden y aunque se equivoquen no es mal intencionado.

Photo by Jeniffer Araújo on Unsplash

Cuando pienso en mi niñez la mayoría de mis recuerdos son felices. Nunca me hicieron sentir menos, yo era la que veía las cosas así. Mis papás me facilitaron mucho las cosas con la decisión de mandarme a EU y ahora me es claro. Creo que es fascinante cómo nuestra perspectiva cambia con la edad. Ahora que soy una adulta me siento mal por haber culpado a mis padres por separarme de la familia y sé que me perdí de mucho pero también viví mucho con ellos, tuve lo mejor de los dos mundos. Hay veces que todavía digo “todo hubiera sido diferente si hubiera vivido con mi familia”… y quizás sí, pero al final del día amo la persona que soy ahora y ella no existiría si no hubiera vivido la vida que viví.

¿Tienen alguna historia similar creciendo en los Estados Unidos? Díganos en los comentarios abajo.

No Todo lo que se Dice del Migrante Mexicano es Cierto

Por Rocio Monroy

Sabias que hay aproximadamente 11,793,976 de mexicanos por todo el continente americano, 103,814 mexicanos en Europa y 11,180 mexicanos en Asia. Aun así, por alguna razón, al mexicano se le ha pintado la imagen de que su único objetivo es cruzar el borde de los Estados Unidos para invadir esa nación.

Photo by Kelsey Knight on Unsplash

Ahora más que nunca se escuchan los gritos de desprecio hacia los mexicanos, ya sea por que la gente piensa que la mayoría de los mexicanos viven ilegalmente en los Estados Unidos o porque piensan que, aunque viven legalmente en este país viven de manera gratuita gracias a los programas del gobierno.

Gage Skidmore from Peoria, AZ, United States of America [CC BY-SA 2.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)]

Pero, ¿qué hay de cierto de todo esto?

La Frontera

La razón por la que existe una gran población mexicana en el sur de los Estados Unidos no es porque los mexicanos estemos invadiendo este país, sino porque una gran parte de esta población ya estaba de este lado de la frontera, ya que varios estados del sur solían ser parte del territorio mexicano.

México, después de la batalla de independencia que nos liberó del imperio Español, se encontraba en crisis económica, confusión y miedo. Mientras que Estados Unidos era un país con una economía floreciente. La invasión estadounidense a México no ocurrió de la noche a la mañana, todo empezó desde 1809, y finalmente después de la batalla entre Estados Unidos y México, en el 2 de febrero de 1848 se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo, por el que México “vendió” la mitad de su territorio a Estados Unidos.”

Varios mexicanos no han llegado en masas o en caravanas para tomar el territorio estadounidense, ellos ya han estado aquí por varios años.

Impuestos

El mito de que todo los ilegales viven del gobierno, es solo una forma de desacreditar a los inmigrantes que trabajan duro, además de que sufren de abuso en los trabajos, ya que no se les ofrece un pago justo, tampoco gozan de los beneficios que deberían tener como contribuidores a la economía de este país.

“Cada temporada de declaración fiscal, millones de inmigrantes indocumentados presentan sus impuestos ante el gobierno federal, pese a que podrían evitarlo fácilmente y no hacerlo.

Los trabajadores inmigrantes no autorizados y sus empleadores aportaron 13,000 millones de dólares en impuestos de nómina en 2010.”

Photo by NeONBRAND on Unsplash

Ya sea porque esperan algún día poder convertirse en ciudadanos americanos y quieren presentar todos sus papeles en orden o porque simplemente son personas honestas que no quieren abusar del país que les ha brindado un hogar. Varios mexicanos, cumplen con la ley, incluso después, de haber cruzado el borde ilegalmente.

Si nos pusiéramos a preguntar las razones por las que varios de estos mexicanos decidieron emigrar a los Estados Unidos, tendríamos una gran variedad de respuestas. El mundo no es solo de color blanco y negro, además de que cruzar el borde ilegalmente no es un delito grave y en algunas ocasiones se puede obtener un perdón, de tal manera no se debería catalogar a los mexicanos como abusadores y delincuentes.  

Si necesitas más información para obtener un perdón haz clic en este link: https://www.uscis.gov/es/formularios/i-212

Photo by Felix Koutchinski on Unsplash

Aunque hay quienes viven ilegalmente en los Estados Unidos, ellos se aseguran de no cometer otro delito, cumplen con pagar impuestos, viven honestamente y evitan pedir ayuda gubernamental. Estos son ciudadanos modelos, que aprecian la oportunidad de vivir en Estados Unidos.

¿Todos los ilegales deberían ser deportados de la misma manera?

Photo by Ferdinand Stöhr on Unsplash

Desafortunadamente, los justos pagan por pecadores. Y las personas que han cometido crímenes o que abusan del sistema gubernamental, les han dado mala fama a todos los inmigrantes. Sin embargo, cada persona debería de tener derecho de presentar su caso ante un jurado para determinar cuánto ha contribuido a este país, en lugar de ser deportados sin poder tener un juicio adecuando.

Como seres humanos todos deberíamos ser tratados con dignidad y respeto. Especialmente si la única razón de vivir en este país es para buscar una mejor vida. No perdamos la humanidad y veamos estas situaciones con compasión. Los mexicanos somos luchadores y solo necesitamos una oportunidad para poder demostrarles a todos que somos capaces de aportar grandes cosas a este país de la misma forma que cualquier ciudadano americano.