¿Porqué hay Ciudades de EUA en las que habitan un mayor número de mexicanos?

No es ningún secreto que la población más grande de inmigrantes mexicanos se encuentra en el país vecino. La mayoría de los mexicanos viviendo en Estados Unidos inmigramos persiguiendo el “sueño americano” huyendo de la economía mexicana, y del desempleo, buscando mejorar nuestra calidad de vida y el poder ayudar a la familia.

También muchos de estos inmigrantes mexicanos fueron llevados por sus padres a una corta edad. Eran tan pequeños cuando llegaron que básicamente no tienen una referencia exacta de lo que es vivir en México.

Actualmente alrededor del 18% de la población estadounidense es Latina, y de ese 18% el 60% son mexicanos. Aunque ha disminuido el crecimiento de la población mexicana en el país en un 7% debido a las políticas de inmigración que se han adoptado, al crecimiento económico, y a la mejora de oportunidades en México en comparación con años anteriores, la cantidad de paisanos que vivimos el sueño americano sigue siendo bastante alta. Cabe mencionar que, aunque la migración de México a EUA ha reducido, sigue habiendo un incremento en la población gracias a todos esos hijos de mexicanos que nacen aquí. 

¿En qué ciudades habitan la mayoría de los mexicanos y por qué?

La mayoría de los mexicanos reside en mayor volumen en las siguientes ciudades de los siguientes estados:

California

  • Los Ángeles
  • San Bernardino
  • San Francisco

Texas

  • Houston
  • Dallas
  • San Antonio

Illinois

  • Chicago

Arizona

  • Phoenix

New York

  • New York

New Jersey

  • Jersey City
  • Newark

Y uno se pregunta ¿Por qué hemos terminado la mayoría de migrantes mexicanos en estas ciudades?, ¿Qué tienen de especial?, ¿Cuál es la historia detrás de este fenómeno?, ¿Qué hace que en un país tan grande la población migrante mexicana se concentre en su mayoría en estas ciudades?

Una de las respuestas nos lleva a principios de los años 40’s, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial y el país norteamericano se quedó corto en fuerza laboral, pues sus hombres estaban siendo enviados a la guerra. De una manera política y con fines de trabajo temporal el gobierno americano lanzó el programa bracero donde invitaba a los mexicanos a laborar en el país.

Les daba a los mexicanos la oportunidad de generar una buena suma de dinero, para así después, regresar a su tierra natal con una mejor situación económica y con mayores oportunidades. En un México donde la economía se tambaleaba, y las oportunidades de trabajo eran escazas y mal pagados esta era una excelente opción para todos los paisanos campesinos, y obreros. 

Pero ¿Dónde exactamente se desarrolló este programa?

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En los estados de California, Texas, y Arizona se desarrolló el programa ofreciendo trabajos principalmente en la agricultura. Miles de migrantes llegaron a esas tierras para trabajarlas, generar dinero, y muchos de ellos para nunca más dejarlas.

Así fue como en estos estados se empezaron a crear grandes asentamientos de mexicanos. La mayoría de estos se encontraban a las afueras de las ciudades principales, pero con el paso del tiempo, y la suspensión del programa, muchos de ellos comenzaron a migrar a las ciudades más grandes para conseguir nuevas oportunidades laborales.

En Illinois, la mayoría de los mexicanos llegaron debido al mantenimiento y construcción ferroviaria que había. La fuerza laboral gringa era tan baja que tuvieron que recurrir la mano de obra paisana para seguir construyendo, y manteniendo las vías.

Sin embargo, la necesidad de mano de obra no duró tanto como en la agricultura y los mexicanos que se encontraban regados por el estado comenzaron a acercarse a la ciudad de Chicago para emplearse en fábricas de diversos tipos.

En el caso de Nueva York y New Jersey todo fue un poco diferente. Es bien sabido que estas ciudades albergan la mayor diversidad de inmigrantes del país. Muchos de los mexicanos que han inmigrado a estas ciudades lo han hecho desde dentro del país, debido a hay una gran oportunidad laboral y se tienen que cuidar menos de migración, ya que, “la migra”, no está tan alerta como en los estados de California, Texas o Arizona.

En todos los casos la población mexicana incrementa debido a que los chicanos que se encuentran en Estados Unidos quieren traer a sus familias, comentan a sus parientes lo bien que les está yendo económicamente y los alientan a seguir “el sueño americano”. Así es como la población mexicana aumenta y se concentra en estas ciudades.

Se Cierran Las Fronteras Para Los Estadounidenses

Lo que nunca se imaginó Estados Unidos ha pasado, México le cerró sus puertas. Como todos ya sabemos Estados Unidos está liderando en número de casos de covid-19 al igual que en la cantidad de decesos debidos al virus.

Estos números han creado gran preocupación no sólo nacionalmente si no también internacionalmente. Mientras Estados Unidos ve más y más casos diariamente, muchos otros países han vencido el virus o por lo menos han visto una gran disminución en casos. Esto ha ocasionado que lentamente estos países vayan reiniciando actividades cotidianas y reabriendo sus fronteras, claramente con sus debidas medidas preventivas.

Pero dentro de esta nueva normalidad ha ocurrido algo que no ha sucedido nunca, muchos países han puesto prohibiciones contra viajes provenientes de los Estados Unidos. La Unión Europea (UE) levantó las restricciones de viaje para los visitantes de 15 países cuando las fronteras exteriores reabrieron el 1o de julio, después de introducir los controles en marzo en respuesta a la propagación del nuevo coronavirus, pero Estados Unidos no estuvo en esa lista. ¿Pero qué hay de los vecinos más cercanos a nosotros?

Canadá y México ambos están de acuerdo en que por el momento las fronteras con Estados Unidos deben permanecer cerradas. En Canadá un estudio resaltó que el 81% de los ciudadanos opinaban que la frontera no debería de abrir, lo cual es de esperarse de un país que solo ha tenido 108,000 casos un número menor al número de fallecidos en nuestro país. Los viajes no esenciales entre Estados Unidos y Canadá no están permitidos cuando se cruza por tierra. Pero, el comercio esencial todavía es admisible entre ambas naciones. Además, los canadienses pueden volar a los EE UU Pero los estadounidenses no pueden volar hacia Canadá.

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Por su parte los ciudadanos Mexicanos han tomado una postura similar a los canadienses. Según informes, varias ciudades fronterizas están suplicando al gobierno mexicano que mantenga restringido el cruce fronterizo, con la esperanza de frenar tanto a los trabajadores como a los turistas que pudieran introducir virus de Estados Unidos hacia México. Pero a diferencia de los vecinos del norte los Mexicanos han decidido tomar acción por su parte sin esperar la respuesta del gobierno. El fin de semana pasado residentes de Sonoyta en el estado de Sonora hicieron uso de sus vehículos personales para bloquear la carretera que conduce a Puerto Peñasco, un pueblo costero popular entre los turistas estadounidenses. Y advirtieron que planean seguir bloqueando la frontera en las próximas semanas para evitar el paso de turistas Americanos que intenten cruzar para disfrutar de sus vacaciones de verano. Por su parte el alcalde de dicha ciudad les pidió a los turistas por medio de Facebook que se mantuvieran lejos de México.

Las autoridades fronterizas y locales Mexicanas están llevando a cabo acciones para desalentar los viajes no esenciales en algunas áreas. Aquellos que no pueden dar una razón viable para cruzar la frontera se enfrentan a la posibilidad de ser devueltos a los Estados Unidos, algo que se vio la semana pasada en el cruce de Reynosa, Tamaulipas hacia Hidalgo, Texas.

Mientras más países alzan restricciones hacia los viajeros estadounidenses el valor del pasaporte americano se ha visto afectado, un artículo en el New York Times recalcó: “la sensación de que el pasaporte de los Estados Unidos era un boleto dorado está perdiendo su brillo.”

“As countries across the world ease coronavirus restrictions but block American travelers, a long-held sense that the U.S. passport was a golden ticket is losing its luster.”

New York Times

Si esto será verdad o será mentira aún no lo podemos saber, pero por lo pronto abajo adjunto un link a un listado hecho por La Asociación Internacional de Transporte Aéreo de los requisitos de entrada y salida de cada país para el covid. Aunque les recuerdo que lo mejor sería visitar la página de la embajada estadounidense en el país que piensan visitar. Abajo les doy la liga a la página de la embajada en México para los que están interesados en saber más.

Fechas en que los Mexicanos Realmente Extrañamos Nuestro País

Por Rocio Monroy

Vivir en los Estados Unidos muchas veces es algo extraordinario, ya que nos brinda la oportunidad de construir una vida; de empezar de cero. No obstante, no importa que tanto triunfemos en otro país, siempre hay ciertas ocasiones donde extrañamos el país que nos vio nacer.

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Con todo lo que está pasando en la actualidad con el Coronavirus y la gente encerrada en su casa sin nada que hacer, a muchos de nosotros nos pone a pensar que pasaría si estuviéramos en México compartiendo el distanciamiento social o la cuarentena con nuestra familia.

Es difícil ver que nuevas personas se enferman cada día y nos preocupa que una de esas podría ser uno de nuestros familiares. Pero no solo en tiempos de enfermedad, nos gustaría tomar un avión y viajar de inmediato a México.

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Pero, hay muchas otras veces que los mexicanos extrañamos México ¿cuáles son estas ocasiones?

Invierno

Aunque la nieve puede ser una decoración impresionante y hermosa en el invierno. Hay muchos mexicanos que no soportan el frio. Tal vez los primeros días del invierno nos alegre ver caer la nieve. No obstante, después de pasar muchos días sin poder salir de la casa o limpiar la nieve innumerable veces, nos hace desear pasar esa temporada en una playa mexicana bronceándonos.

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Fiestas decembrinas

Tal vez una de las temporadas que nos pegan más a los mexicanos, es el tiempo de las fiestas decembrinas. No solo extrañamos a nuestros familiares sino también la comida. La gran cantidad de fiestas que se celebran en estas fechas nunca se comparan con ninguna celebración de otro país.

A muchos mexicanos no nos importaría estar en cuarentena si tuviéramos el refrigerador lleno de platillos navideños.

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Cumpleaños

En algunas ocasiones, nuestros cumpleaños en los Estados Unidos pasan desapercibidos porque muchos de nuestros familiares viven en México y porque las fiestas no se celebran de la misma manera en este lado de la frontera. Este es el momento en nos gustaría estar en México por tan solo un fin de semana y organizar una fiesta en grande que dure hasta el amanecer.  

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Día de la Independencia

No hay nada que nos haga sentir mas mexicanos que la celebración del día de la independencia de nuestro México lindo y querido. No obstante, en los países extranjeros esta celebración no es muy importante y en algunas ocasiones inexistente. Así que la nostalgia nos hace desear festejar ese gran día con nuestros paisanos y ver los fuegos artificiales mientras suena la campana de la independía.

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En realidad, nunca dejamos México completamente. Siempre hay algo que nos ata a ese país, ya sean los recuerdos, las tradiciones o nuestros familiares que dejamos atrás. Desear regresar por al menos un día o dos no es de extrañarse; a más de un mexicano le pasa cuando abandona su hogar.

Así que tal vez ahora que muchos estamos en casa sin poder salir, seria un bueno momento para hablar con los parientes con los que no hemos hablado en mucho tiempo. Nada como una cuarentena para unir familias.

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Ustedes, ¿hay algún otro momento del año que extrañen México?

Creciendo en Estados Unidos, Lejos de la Familia

Muchos mexicanos que vivimos en Estados Unidos estamos separados de nuestras familias por diversas circunstancias. La más común es la deportación, la segunda es la inmigración en sí. Pero por cualquier número de razones el punto es que de ambos lados de la frontera se encuentran niños creciendo sin sus padres y padres extrañando a sus hijos. Hoy les quiero hablar de mi experiencia creciendo separada de mi familia esperando y alguien se identifique o quiera compartir la suya.

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Nací en Pharr, Texas, una ciudad que limita con Reynosa Tamaulipas, la ciudad en la que reside mi familia, y donde felizmente pasé los primeros cinco años de mi vida, así como veranos y vacaciones escolares desde los seis a los dieciocho años.

Mi vida comienza a complicarse cuando mis padres decidieron que mi madre iba a dar a luz en los Estados Unidos. Su plan todo el tiempo fue que yo me fuera a vivir a México por el resto de mi vida, pero que tuviera la oportunidad de regresar a EU sin problema si así lo quisiera. Lamentablemente las cosas cambian. Fui criada en México aprendiendo a leer y escribir en español por parte de mi padre, quien se aseguró de que supiera que no importaba lo que sucediera, o si nací o no en Estados Unidos, primero que nada era Mexicana. En ese momento no entendía por qué era tan importante para mí recordarlo hasta que, en un cierto día mi madre me informó que me iba a mudar y que comenzaría a asistir a la escuela en Weslaco.

Una vez más, estaba confundida, no entendía por qué tenía que salir de mi casa, por qué no podía ir a la escuela con mi hermana, pero a la edad de cinco años no hay mucho que puedas hacer contra las decisiones de tus padres. Todavía recuerdo el día en que mi madre guardó mi ropa y mis juguetes y los tiró en la camioneta. Fue extraño ver todas las cosas que eran importantes para mi arrojadas descuidadamente en bolsas, me dolió. A la mañana siguiente, mi familia y yo tomamos la misma camioneta y nos dirigimos hacia Weslaco, Texas.

Había cruzado el Puente Internacional Pharr-Reynosa muchas veces antes, pero esta vez fue diferente. Las coloridas mariposas en tonos de naranja, verde y azul que decoran el frente de la estructura de concreto, las mismas que una vez encontré lindas y divertidas, parecían mirarme como burlándose de mi miseria. Sus ojos brillantes ya no eran divertidos, sino amenazantes. Durante casi una hora sollocé silenciosamente, asustada de la vida que me esperaba al otro lado de ese puente, asustada de lo desconocido, de una vida que no quería.

Acostumbrarme a Weslaco no fue fácil. Todo era tan diferente. No había niños corriendo en la calle jugando “los colores” o fútbol. De repente me sentí tan sola y encerrada. Pero no duró mucho, ya que solo una semana y media más tarde me inscribieron en pre-kinder. La escuela realmente no ayudó, me encontraba sentada sola la mayor parte del tiempo porque no podía hablar inglés, escuchaba a los niños reír y hablar sobre cosas que no podía entender y me sentía tan perdida. Las únicas personas con las que podía hablar eran las señoras de la cafetería durante el desayuno, e incluso ellas parecían desinteresadas. A medida que me sumergía en mi nuevo entorno, me acostumbré a luchar para seguir instrucciones simples, me acostumbré a que me llamaran “the mexican girl”, me acostumbré a ser diferente.

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Durante muchos años tuve que vivir con una mamá de medio tiempo y viendo a mi papá y a mi hermana solo los domingos. Era como saber que tenía una familia propia pero aún así sentirme huérfana. La Pascua era muy difícil para mí porque todos vestían a su familia de cierto color y hacían juegos familia contra familia pero yo siempre estaba sola. Era la chicle de mi tía y mi primo. Mis compañeros en la escuela pensaban que yo no tenía papá porque nunca asistía a las asambleas o shows escolares. Por mucho tiempo odié a mis papás los culpe por mi soledad los culpe por la manera en la que todos me veían cuando ninguno de mis padres me acompañaba a la escuela, con lástima. Cuando mi tía me decía gorda o me decía tonta y no tenía quien me defendiera me preguntaba porque se deshicieron de mi. Yo entendía que me habían mandado a EU por mi bien pero mi educación y el idioma no eran importantes para mí, yo solo quería estar con mi familia yo ya no quería estar sola.

Pero el tiempo pasa, haces amigos, cambias de escuela y todo se acomoda. En tres años estaba hablando Inglés y me acostumbré a pasar más tiempo jugando adentro. Para los 12 años ya no veía mi vida en otra parte que no fuera EU. Y aún seguía sintiendo ansiedad cuando mis papás se regresaban a Reynosa los domingos por la noche, pero ya no me vomitaba como cuando estaba chiquita. Estaba sola en mi casa pero en la escuela tenía con quien platicar, todas mi amigas hablaban español y mi mejor amiga era de Veracruz así que ella sabía lo que era ser “the mexican girl.”

Para los 16 estaba agradecida por la decisión de mis padres. Yo veía como batallaban para pagar la universidad de mi hermana y los gastos de la casa y pensaba “conmigo no tienen ese problema porque no tienen que pagar nada.” Aparte, crecí siendo muy independiente porque no los tuve conmigo constantemente, así que mientras otros necesitaban que los ayudaran en todo, yo solo hacia las cosas que me parecían adecuadas. Creo que el estar alejada de ellos me hizo apreciar el tiempo juntos más. Yo veo que mi hermana tiene muchos rencores pero yo solo trato de recordar lo mejor de mi infancia.

Conforme fui creciendo me di cuenta que para ellos también tuvo que ser difícil dejar a su hija menor ir, que ellos también se han de haber sentido culpables cuando no podían asistir a algo. Aprendí que los padres solo intentan hacer lo mejor que pueden y aunque se equivoquen no es mal intencionado.

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Cuando pienso en mi niñez la mayoría de mis recuerdos son felices. Nunca me hicieron sentir menos, yo era la que veía las cosas así. Mis papás me facilitaron mucho las cosas con la decisión de mandarme a EU y ahora me es claro. Creo que es fascinante cómo nuestra perspectiva cambia con la edad. Ahora que soy una adulta me siento mal por haber culpado a mis padres por separarme de la familia y sé que me perdí de mucho pero también viví mucho con ellos, tuve lo mejor de los dos mundos. Hay veces que todavía digo “todo hubiera sido diferente si hubiera vivido con mi familia”… y quizás sí, pero al final del día amo la persona que soy ahora y ella no existiría si no hubiera vivido la vida que viví.

¿Tienen alguna historia similar creciendo en los Estados Unidos? Díganos en los comentarios abajo.

Los Estereotipos más Comunes Acerca de los Mexicanos

Por Rocio Monroy

Cuando escuchamos a personas de otros países hablar acerca de los mexicanos, siempre es la misma descripción; morenos, chaparritos, con sombrero y botas. Las burlas de nuestro acento cuando tratamos de hablar inglés tampoco pueden faltar. Quizás sea nuestra nobleza o el hecho que nos gusta ser amigos de todas las personas que conocemos, pero por alguna razón a los extranjeros les gusta vernos de una manera diferente a ellos.

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Con el pasar de los años, los estereotipos acerca de los mexicanos se han comercializado en disfraces de Halloween o para ser usados en nuestra contra en asuntos políticos. Pero, ¿cuáles son estos estereotipos?

Los Mexicanos son Mujeriegos

En muchas películas los hombres mexicanos son mostrados como hombres mujeriegos que conquistan a múltiples mujeres con su acento y una sonrisa Colgate. El hecho de que se le de esa imagen a los hombres, da a entender que los mexicanos no son personas estables o capaces de vivir en un hogar y formar una familia, lo cual es una gran mentira, ya que para muchos mexicanos lo más importante es su familia.

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Los Mexicanos son Flojos

Hace algunos años en un canal británico al mexicano se le describió como flojo e incapaz de crear algo innovador. Varios mexicanos se ofendieron y de inmediato alzaron la voz ante tal difamación. Tal vez esto se debe a la situación del país México, pero esto no necesariamente describe que tan trabajador es un mexicano. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) México lidera la lista mundial de más horas trabajadas al año, por encima de Japón, Corea y Estados Unidos.

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Solo nos Ponemos Sombreros y Botas

En México hay una gran variedad de trajes típicos, algo de lo cual nos sentimos muy orgullosos. No obstante, esto no significa que nos vestimos con un traje típico para realizar nuestras actividades diarias. Aun así, cuando se muestra una imagen de los mexicanos, la primera que se muestra es la de una persona con botas y sombrero.  

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En tiempos de la Revolución Mexicana la mayoría de los hombres usaban un gran sombrero en el cabeza acompañado de botas con punta. En la actualidad, la gente aún no puede quitarse esa imagen de la cabeza y se niegan a aceptar que los mexicanos nos vestimos con todo tipo de vestimentas de moda.

Carecemos de una Buena Educación

Desafortunadamente, una gran cantidad de mexicanos que han emigrado a los Estados Unidos de manera ilegal e incluso en algunas ocasiones de manera legal, no pueden encontrar el trabajo de sus sueños, o simplemente no son contratados de acuerdo a sus estudios. Esto les obliga a muchos a aceptar trabajos de limpieza o jardinería.

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Muchas generaciones han sobrevivido de esa manera, y aunque esto debería ser admirado, ha sucedido lo opuesto. Muchas personas piensan que los únicos trabajos que los mexicanos son capaces de hacer son los que no requieren estudios y, por consiguiente, se ha creado el estereotipo de que los mexicanos no son muy inteligentes. Tal es el caso, que recientemente en YouTube se hizo viral un video donde Emily Austen, una ex comentarista de deportes en Fox dijo que no tenía idea de que las chicas mexicanas fueran inteligentes, como si en realidad el hecho de que una persona mexicana se pudiera graduar de la universidad fuera imposible.

Sólo Comemos Tacos

En Estados Unidos hay una gran confusión acerca de la comida autentica mexicana. Hay quienes juran que Taco Bell es comida mexicana. No muchos conocen la gran variedad de platillos que existen por todo el país. Y además no reconocen que no solo comemos tacos en México. Aunque la tortilla es el ingrediente principal de muchos platillos deliciosos, hay muchos otros que son hechos sin maíz y aun así son 100% mexicanos.

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Tal vez nunca podremos poner a un lado los estereotipos que se han creado con el pasar de los años. Pero lo que si podemos hacer es hacer todo lo que esta en nuestro poder pasar salir adelante en este país, porque no hay mejor manera de demostrar lo que realmente podemos lograr que con ejemplo. Demostrémosle al mundo que los mexicanos pueden conquistar al mundo como cualquier otra persona.

¿Con qué otros estereotipos te has topado viviendo aquí en Estados Unidos? Platícanos en los comentarios abajo.

Mi Sentimiento de Culpa por Vivir en Estados Unidos

Siempre he escuchado hablar de la culpa que sienten las personas que dejan a sus familias atrás para buscar más oportunidades en Estados Unidos. Yo no deje a mi familia por voluntad propia así que estando más joven no me percataba de lo horrible que era ese sentimiento de culpa, pero conforme ha pasado el tiempo me he dado cuenta que es algo angustiante y doloroso.

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Yo viví con mi familia en Reynosa,Tamaulipas hasta cumplir cinco años, a esa edad mis padres me mandaron a vivir con mi tia en Texas. Durante las vacaciones volvía a México con mi familia y todo era mágico hasta que llegaba el día en el que tenía que regresar. Recuerdo sentirme desconsolada y abandonada, era tan intenso que me daban ataques de ansiedad cada que tenía que volver. Y así fue mi vida hasta que cumplí como catorce años. A esa edad sales con tus amigos tienes actividades extracurriculares en la escuela que te entretienen y ya no sientes la necesidad de estar siempre con tu familia. Pero justo cuando pensé que todo había pasado mi papá se enfermó de cáncer y mi mundo dio un giro, tenía diecisiete años más o menos así que ya tenía más conciencia de lo que esto significaba.

Quería pasar cada segundo posible con mi papá y de ahí fue que nació este sentimiento de culpa, el dolor que sentía antes al dejar a mi familia cambió y se hizo más fuerte. Cuando era pequeña el dolor era un dolor egoísta, solo porque yo necesitaba a mis padres y los quería conmigo, pero el dolor que sentía ahora era por no poder estar ahí para ellos apoyándolos, ayudando a cuidar a mi papá como lo hacía mi hermana. Mi papá falleció un mes después de mi graduación de la high school, yo no estuve ahí. Nunca he sido de las personas que vive con arrepentimientos, la vida es lo que es y todos tomamos decisiones para bien o para mal, pero el no estar ahí cuando falleció ha sido la culpa más grande que he sentido jamás. La tristeza de no haberle podido decir cuánto lo amo una vez más me sigue torturando hasta el día de hoy.

Desde ese día me aferré a estar con la familia que me queda, pero no siempre es fácil. Aunque soy bastante emocional también soy muy razonable y yo sabía que sería más fácil estudiar la universidad en Estados Unidos. Sería más fácil obtener ayuda financiera para que mi mamá no tuviera que preocuparse por nada. Mi idea era terminar y regresar a México, pero las cosas cambian. Mi hermana se casó y tuvo dos hijos y yo me tardé más de lo pensado en terminar. Aparte, sales de la universidad y tienes que empezar a pagar deudas estudiantiles, y me empecé a sentir atada.

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El pasar tiempo en México se empezó a volver más difícil y con eso incrementó el sentimiento de culpabilidad. Culpabilidad por no pasar mucho tiempo con los niños, por no poder ayudarle más a mi hermana, por sentir que mi mamá tiene que estar viajando mucho. Y ese sentimiento empeora cada vez que mi hermana me dice que se siente sola o cuando mi sobrino me pregunta cuando voy a jugar con él. Pero también pienso, si dejo todo y me voy no voy a encontrar un trabajo que me pague lo suficiente para pagar mis deudas y tendría que vivir con mi hermana dependiendo de ella y no quisiera incomodar a nadie. Quiero ganar bien para ayudar a mi mamá para quizá ayudar a mi hermano que trabaja mucho y gana poco, tengo culpa de ser una carga y no alguien útil.

Una gran culpa también es el hecho de no visitar la tumba de mi papá, mi hermana vive en Monterrey y yo en Estados Unidos así que mi mamá va y viene de un lado a otro y siento que hemos abandonado a mi papá en Reynosa y no puedo con eso. Muchos dirán que mis culpas se pueden resolver fácilmente o con el tiempo, y estoy de acuerdo, pero mi historia es una de muchas.

Cuando pensé en esto pensé en los hijos ciudadanos de inmigrantes deportados que quizá visitan a sus padres pero luego los tienen que dejar porque sus vidas están hechas en otro país, y porque si los quieren ayudar es más conveniente hacerlo desde Estados Unidos. El dolor de saber que quieres estar ahí para ellos físicamente pero para ayudarlos tienes que dejarlos es muy fuerte. Y cada que pienso en el hecho de que yo puedo ir y venir me siento culpable por quejarme sabiendo que hay personas que llevan años sin ver a sus seres queridos o visitar sus hogares. También pienso en todos esos padres que toman la decisión de dejar a sus hijos por darles un mejor futuro, los juzgamos porque vemos el dolor de los niños pero ahora entiendo el dolor tan grande que tienen que estar pasando los padres.

Creo que los seres humanos por naturaleza sentimos que nunca estamos haciendo lo suficiente pero en realidad ¿qué es lo suficiente? No podemos estar en todo aunque así lo quisiéramos, muchas veces la culpa nos hace creer que estamos mal pero al final del día no hay nada que no requiera algo de sacrificio. Pero también entiendo que lidiar con esa culpa es difícil. Ahora que soy mayor, recuerdo que mi papá me llamaba todas las noches sin falta para preguntar como me fue y para darme la bendición. De niña no lo meditaba mucho, era solo una costumbre. Pero hoy empiezo a ver que mi papá buscaba su propia manera de aliviar su culpa, quería que yo supiera que me amaba que estaba ahí cuando lo necesitara, y no sé si le funciono pero a mi me hacía muy feliz.

No sé exactamente como aliviar este sentimiento en todos ustedes, si es que lo tienen, porque todos somos diferentes. Pero creo que el método de mi papá era muy bueno, ahora en día es más fácil comunicarse, es más sencillo conversar con personas que están en otras partes del mundo. Lo importante es hacerle sentir a nuestros familiares que los amamos que no los hemos olvidado, creo que nos fijamos mucho en lo material que olvidamos lo importante que es el afecto. Y el saber que no les estamos dando amor es lo que más pesa.

Espero y este año puedan todos pasar más tiempo con sus seres queridos. Pero si no es así, espero que por lo menos puedan hacerles sentir que los aman, qué aún a distancia están juntos. Yo por mi parte intentaré estar más presente cuando me llama mi familia, y trataré de dejar ir lo que ya no puedo cambiar. Espero y también encuentren la solución a esa pena porque necesitamos un mundo más feliz y lleno de amor.

Los Efectos de la Migración en Nuestra Salud

Recuerdo cuando llegue a los Estados Unidos con mi familia. Todo era nuevo para nosotros. No sabíamos el idioma y no teníamos familia quien nos ayudará. Dejamos las comodidades de nuestro país para llegar a un lugar desconocido. En México, conocíamos a nuestros vecinos, nuestra comunidad, sabíamos dónde obtener ayuda y dónde obtener lo que necesitábamos. Si estábamos enfermos sabíamos cómo funcionaba el sistema para obtener algún tipo de atención médica.

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Para mi familia, esto no fue el caso al emigrar. Mi familia tuvo que aprender cómo sobrevivir. Tuvimos que encontrar un apartamento y luego encontrar trabajo de inmediato para poder vivir. Había tantas cosas que no sabíamos cómo hacer que produjo mucho estrés en nuestra familia. Mirando hacia atrás, puedo decir que no tuvimos la mejor salud posible ya que hubo estrés, falta de ejercicio, falta de alimentación saludable y, por supuesto, una montaña rusa de emociones. Es decir, que la inmigración si tuvo un gran afecto en nuestra salud.

ACCESO A LA SALUD MÉDICA

Se dice que tener mejor atención médica mejora la salud de los ciudadanos de un país. En México, los planes de salud públicos y privados vienen con sus propios médicos, farmacias, médicos y centros de salud. Parte del enfoque de México para la cobertura de salud universal fue la introducción del programa Seguro Popular hace más de diez años. Seguro Popular brinda a los mexicanos desempleados y pobres acceso a servicios de salud preventivos, como pruebas de detección de diabetes y vacunas, así como tratamiento para enfermedades crónicas y graves.

Todo esto es para decir que la mayoría de las personas en nuestro país de origen tienen acceso a la atención médica con cobertura de salud universal. En comparación con los Estados Unidos, dónde el desafío es mayor y los precios de la atención médica son más altos. Debido a esto, como inmigrantes cuando no tenemos acceso a la atención médica, no podemos ir al médico como deberíamos. Es posible que esperemos muchos meses o años antes de ir por un chequeo. En nuestras mentes, estamos en modo de supervivencia. Como individuos y como familia, estamos enfocados en sobrevivir y la atención médica no siempre es nuestra prioridad.

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NUESTRO AMBIENTE

Es evidente que nuestro entorno cambia una vez que llegamos a este país. Esto incluye nuestro entorno en nuestra familia, en la escuela y en el trabajo. Nuestro ambiente puede tener un gran impacto en nuestra salud. Como inmigrantes, es posible que tengamos que trabajar largas horas cada día por siete días a la semana. Esto es especialmente cierto para los nuevos inmigrantes. El hecho de estar en situaciones nuevas puede hacernos sentir más estrés. Incluso, esto puede llevar a algunas personas a fumar y beber en exceso, lo que afecta nuestra salud. En el caso de nuestros hijos, muchos comienzan asistir a escuelas donde las alimentaciones no son tan saludables. Si aún no son activos, es posible que no participen en actividades al aire libre que pueden hacer que tengan menos actividad física y los lleve a la obesidad.

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NUESTROS HABITOS ALIMENTARIOS

Muchos inmigrantes pueden decir que sus hábitos alimenticios fueron mucho mejores en su país. Cuando nos unimos a nuestra nueva sociedad, puede ser muy diferente. La comida es diferente no solo en cómo se cocina, sino en cómo se cultiva y se prepara. En nuestro país, es posible que hayamos comido alimentos cultivados orgánicamente. No comíamos porciones demasiadas y consumían más frutas y verduras. Cuando llegamos por primera vez, comer bien a veces no es tan fácil. Obtenemos lo que podemos y no siempre son buenos alimentos como frutas y verduras. En algunas situaciones, donde ambos padres trabajan, los niños tienden comer más comida rápida (fast food). A través del tiempo, los malos hábitos alimenticios tienden tener un precedente y nos pueden llevar a la obesidad y a tener otros problemas de salud.

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NUESTRAS COMUNIDADES

Otra cosa importante es cómo la sociedad nos recibe como inmigrantes. ¿Las actitudes de nuestra comunidad hacia nosotros son positivas o negativas? ¿Es que algunos de nosotros experimentamos racismo y discriminación? Cuando nuestra nueva comunidad no nos acepta, esto puede hacer establecerse más difícil y que establezcamos nuevas relaciones. Además, esto puede tener un fuerte efecto en nuestro bienestar emocional. Como mexicanos, queremos sentirnos seguros en nuestras comunidades. Queremos poder conocer a nuestros vecinos y tener amigos en quienes confiar. Inicialmente, cuando no tenemos eso, tendemos estar aislados cuando llegamos. Esto puede hacernos sentir algunos síntomas de depresión. Si creemos que esto es normal y cómo debería ser, entonces continuaremos de manera aislada aún más en nuestras propias comunidades.

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CONCLUSIÓN

Hay muchas cosas que dejamos atrás cuando emigramos. No solo abandonamos nuestros países, sino que también dejamos a nuestras familias, trabajos y amigos. Además, dejamos nuestros recursos y nuestra capacidad de actuar en situaciones cotidianas o de importancia en nuestras vidas. Hay muchos desafíos que son parte de emigrar a un nuevo país. Estos desafíos pueden afectar nuestra salud, pero si tenemos conciencia no necesitan dictar nuestras vidas. Podemos tener control de nuestra salud incluso como inmigrantes. Esta nueva sociedad nos ha ofrecido un lugar para vivir, por lo que debemos aprovecharla. Podemos lograr encontrar recursos e integrarnos en los valores de este país. Hacer esto puede ayudar a cambiar nuestra salud, incluyendo la de nuestros hijos, para una vida mejor.

Para más información lea el siguiente artículo académico:

https://academic.oup.com/gerontologist/article/59/2/205/5151354

A ti, ¿Cómo te afectó en tu salud cuando te mudaste a este país? Cuéntanos en los comentarios abajo.