El lamento aterrador de Cihuacóatl, “La Llorona”

Por Adriana Bataille

Si disfrutas de relatos que te pongan la piel chinita y los pelos de punta, te invito a conocer una de las leyendas mexicanas más difundidas no sólo en México sino en el mundo.

Una versión poco conocida de “La Llorona” la encontramos en la mitología mexica, en la cual Cihuacóatl, Coatlicue o Tonantzin, era identificada como divinidad con cabeza de mujer y cuerpo de serpiente y se le atribuían los poderes de la tierra y la fertilidad, y al mismo tiempo, una estrecha relación con el inframundo. Cuando los mexicas subían a lo más alto de sus templos y miraban hacia el oriente, podían ver sobre las aguas de los lagos la silueta de una mujer vestida de blanco con telas vaporosas y larga cabellera que se ondulaba con el viento. Cuenta la leyenda que Cihuacóatl comenzó a aparecer alrededor del año 1500 sobre el lago de Texcoco, los astrólogos interpretaron su presencia como una mala premonición en la vida de los mexicas ya que su desgarrador grito anunciaba la muerte, la guerra y la esclavitud.

“¡Ayyy mis hiiijooooooosss! ¿Dónde los llevaré para que escapen de tan funesto destino?”

A lo largo de los tiempos, los mexicas fueron identificando los mensajes de Cihuacóatl a través de su presencia en las aguas, ya que siempre aparecía acompañada de gritos y lamentos nocturnos tanto en Aztlán como en la gran Tenochtitlan, ambos lagos conectados por coincidencias físicas y míticas. Por otro lado, a Cihuacóatl se le conocía como la Patrona de las Cihuapipiltin, un grupo de mujeres nobles que habían perdido la vida al momento de parir, y que fueron consideradas por los mexicas como guerreras valerosas. Las Cihuapipiltin, eran mujeres de apariencia pálida y todas ellas llevaban en la parte superior del cabello, pegada a la frente un peinado en forma de cuernos, símbolo de fertilidad. Durante la celebración de los días de las ánimas, las Cihuapipiltinse eran enviadas por Cihuacóatl a la tierra, y se aparecían en las encrucijadas de los caminos bramando en el aire por sus hijos.

Después de la Conquista de los españoles, el sacerdote Fray Bernardino de Sahagún, interpretó la leyenda como una advertencia por parte de Cihuacóatl anunciándole a Moctezuma la destrucción del imperio mexica.

“Hombres extraños, más sabios y antiguos que nosotros vendrán por el Oriente y sojuzgarán a tu pueblo y a ti mismo, y tú y los tuyos serán de muchos lloros y grandes penas, tu raza desaparecerá devorada y nuestros dioses humillados por otros dioses más poderosos”

El presagio se cumplió, aquellos hombres de Oriente eran los españoles dirigidos por Hernán Cortés, entonces la gran Tenochtitlán fue sometida y los pueblos sufrieron epidemias, asesinatos, mujeres violadas, y dioses olvidados… a excepción de Cihuacóatl, La Llorona. Unos dicen que han visto a La Llorona flotando, otros aseguran que no tiene rostro y unos más cuentan que sus gritos y lamentos son tan desgarradores que quedan grabados en la mente de quien la ha escuchado.

** Visión de los vencidos. Relaciones indígenas de la conquista.

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Canción popular

Salías del templo un día, llorona,
cuando al pasar yo te vi.
Hermoso huipil llevabas, llorona,
que la Virgen te creí.


Ay, de mi llorona, llévame al río,
¡Ay, llorona! Llévame al río,
tápame con tu rebozo, llorona,
porque me muero de frío.

Yo te soñaba dormida, llorona,
dormida y estabas quieta,
pero llegando el olvido, llorona,
soñé que estabas despierta.

Ay, de mi llorona, de un campo lirio,
el que no sabe de amores, llorona,
no sabes lo que es martirio.

Si porque te quiero quieres, llorona,
quieres que te quiera más,
si ya te he dado la vida, llorona,
que más quieres, quieres más.