Fechas en que los Mexicanos Realmente Extrañamos Nuestro País

Por Rocio Monroy

Vivir en los Estados Unidos muchas veces es algo extraordinario, ya que nos brinda la oportunidad de construir una vida; de empezar de cero. No obstante, no importa que tanto triunfemos en otro país, siempre hay ciertas ocasiones donde extrañamos el país que nos vio nacer.

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Con todo lo que está pasando en la actualidad con el Coronavirus y la gente encerrada en su casa sin nada que hacer, a muchos de nosotros nos pone a pensar que pasaría si estuviéramos en México compartiendo el distanciamiento social o la cuarentena con nuestra familia.

Es difícil ver que nuevas personas se enferman cada día y nos preocupa que una de esas podría ser uno de nuestros familiares. Pero no solo en tiempos de enfermedad, nos gustaría tomar un avión y viajar de inmediato a México.

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Pero, hay muchas otras veces que los mexicanos extrañamos México ¿cuáles son estas ocasiones?

Invierno

Aunque la nieve puede ser una decoración impresionante y hermosa en el invierno. Hay muchos mexicanos que no soportan el frio. Tal vez los primeros días del invierno nos alegre ver caer la nieve. No obstante, después de pasar muchos días sin poder salir de la casa o limpiar la nieve innumerable veces, nos hace desear pasar esa temporada en una playa mexicana bronceándonos.

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Fiestas decembrinas

Tal vez una de las temporadas que nos pegan más a los mexicanos, es el tiempo de las fiestas decembrinas. No solo extrañamos a nuestros familiares sino también la comida. La gran cantidad de fiestas que se celebran en estas fechas nunca se comparan con ninguna celebración de otro país.

A muchos mexicanos no nos importaría estar en cuarentena si tuviéramos el refrigerador lleno de platillos navideños.

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Cumpleaños

En algunas ocasiones, nuestros cumpleaños en los Estados Unidos pasan desapercibidos porque muchos de nuestros familiares viven en México y porque las fiestas no se celebran de la misma manera en este lado de la frontera. Este es el momento en nos gustaría estar en México por tan solo un fin de semana y organizar una fiesta en grande que dure hasta el amanecer.  

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Día de la Independencia

No hay nada que nos haga sentir mas mexicanos que la celebración del día de la independencia de nuestro México lindo y querido. No obstante, en los países extranjeros esta celebración no es muy importante y en algunas ocasiones inexistente. Así que la nostalgia nos hace desear festejar ese gran día con nuestros paisanos y ver los fuegos artificiales mientras suena la campana de la independía.

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En realidad, nunca dejamos México completamente. Siempre hay algo que nos ata a ese país, ya sean los recuerdos, las tradiciones o nuestros familiares que dejamos atrás. Desear regresar por al menos un día o dos no es de extrañarse; a más de un mexicano le pasa cuando abandona su hogar.

Así que tal vez ahora que muchos estamos en casa sin poder salir, seria un bueno momento para hablar con los parientes con los que no hemos hablado en mucho tiempo. Nada como una cuarentena para unir familias.

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Ustedes, ¿hay algún otro momento del año que extrañen México?

¿Qué Hacemos los Mexicanos Durante la Cuarentena?

Por Rocio Monroy

No puede haber nada peor que pedirle a un mexicano que se quede en su casa por cuarenta días en los tiempos de vacaciones de Semana Santa o primavera. No hay necesidad de tener una excusa para salir a la calle para un mexicano. Es por eso que la frase de “Ya andas de pata de perro” fue inventada.

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El objetivo del aislamiento y la cuarentena es prevenir o limitar la transmisión de un agente infeccioso, toxina biológica o un químico liberado para proteger la salud, seguridad y bienestar público. No obstante, la vida de muchos mexicanos es más social que la de la reina Isabel y muchos sienten la necesidad de salir, aunque sea a dar la vuelta para no volverse locos encerrados dentro de las cuatro paredes de su hogar.  

Tal es el caso que no hace mucho tiempo fue festejado el Vive Latino en México y el lugar no solo estuvo abarrotado si no que a las personas les valió un comino las advertencias de riesgo del Coronavirus.

“No es necesario suspender eventos masivos”, dijo el alcalde de la Ciudad de México.

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¿Sera que a los Mexicanos no nos importa lo que las autoridades recomiendan? ¿O es el hecho de que no nos podemos dar el lujo de perder dinero ni siquiera en tiempos de crisis?

“Las autoridades nos dicen que estamos en la Fase 1 de la epidemia de coronavirus y que podemos seguir adelante y eso es lo que estamos haciendo”, dijo el fundador y director de Vive Latino, Jordi Puig.

Este hecho no solo se convirtió en noticia internacional, ya que los organizadores decidieron que el show debía continuar, sino que también las personas que asistieron provocaron enojo en todas partes del mundo. Algo que era de esperarse. La pandemia de coronavirus ha llevado a las autoridades de todo el mundo a cancelar conciertos y eventos deportivos, e incluso cerrar las actividades diarias en algunos lugares. No a muchos les gusto que las autoridades Mexicanas se tomaran a la ligeras estas precauciones.

Una de sus excusas fue que,

“Para algunos artistas, como Francisca Valenzuela de Chile, actuar significa cumplir un compromiso con los fanáticos. Ella ya estaba en la Ciudad de México y Vive Latino se ha comprometido a tomar todas las precauciones de seguridad”, dijo la manager Diana Rodríguez.

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¿Sera que no es la gran cosa realmente el Coronavirus? ¿Tal vez es mucho pedir que nos quedemos en casa por tanto tiempo?

Tal vez no, siempre es mejor prevenir que lamentar.

Así que en lugar de pensar en que tan malo es pasar tiempo en nuestras casas, sería mejor pensar en actividades que podemos hacer en nuestro hogar en estos tiempos del Coronavirus, por ejemplo:

Internet

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No importa donde estemos, el internet y las aplicaciones de mensajes o videollamadas, siempre nos harán sentir mas cerca de las personas. En la actualidad, contamos con muchas opciones de entretenimiento dentro de nuestros celulares. Así que talvez podrías aprender un nuevo idioma gracias a la ayuda de videos en YouTube o hacer muchas videollamadas para mantenerte en contacto con tus seres queridos.

Leer

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Una cosa que muchas veces no hacemos por falta de tiempo es sentarnos y leer un buen libro. Tomemos estos momentos para tal vez leer un libro que nos hayan recomendado para enriquecer nuestra sabiduría y ejercitar nuestros cerebros.

Dibujar o Pintar

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Si alguna vez pensaste en mejorar tus habilidades artísticas, esta podría ser una buena oportunidad de hacerlo. El dibujar una pieza tipo Leonardo da Vinci requiere tiempo y dedicación. Sin lugar a duda, si estás en cuarentena lo que te va a sobrar es el tiempo.

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El simple hecho de pensar en pasar unos días en nuestra casa puede sonar como una tortura, pero recordemos que el quedarnos en casa podría salvar vidas, no solo la nuestra. Sigue al pendiente de las noticias acerca del Coronavirus para seguir las indicaciones necesarias y poder prevenir que te contagies.

¿Qué otras recomendaciones tienes para hacer durante la cuarentena? Dinos en los comentarios abajo.

Creciendo en Estados Unidos, Lejos de la Familia

Muchos mexicanos que vivimos en Estados Unidos estamos separados de nuestras familias por diversas circunstancias. La más común es la deportación, la segunda es la inmigración en sí. Pero por cualquier número de razones el punto es que de ambos lados de la frontera se encuentran niños creciendo sin sus padres y padres extrañando a sus hijos. Hoy les quiero hablar de mi experiencia creciendo separada de mi familia esperando y alguien se identifique o quiera compartir la suya.

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Nací en Pharr, Texas, una ciudad que limita con Reynosa Tamaulipas, la ciudad en la que reside mi familia, y donde felizmente pasé los primeros cinco años de mi vida, así como veranos y vacaciones escolares desde los seis a los dieciocho años.

Mi vida comienza a complicarse cuando mis padres decidieron que mi madre iba a dar a luz en los Estados Unidos. Su plan todo el tiempo fue que yo me fuera a vivir a México por el resto de mi vida, pero que tuviera la oportunidad de regresar a EU sin problema si así lo quisiera. Lamentablemente las cosas cambian. Fui criada en México aprendiendo a leer y escribir en español por parte de mi padre, quien se aseguró de que supiera que no importaba lo que sucediera, o si nací o no en Estados Unidos, primero que nada era Mexicana. En ese momento no entendía por qué era tan importante para mí recordarlo hasta que, en un cierto día mi madre me informó que me iba a mudar y que comenzaría a asistir a la escuela en Weslaco.

Una vez más, estaba confundida, no entendía por qué tenía que salir de mi casa, por qué no podía ir a la escuela con mi hermana, pero a la edad de cinco años no hay mucho que puedas hacer contra las decisiones de tus padres. Todavía recuerdo el día en que mi madre guardó mi ropa y mis juguetes y los tiró en la camioneta. Fue extraño ver todas las cosas que eran importantes para mi arrojadas descuidadamente en bolsas, me dolió. A la mañana siguiente, mi familia y yo tomamos la misma camioneta y nos dirigimos hacia Weslaco, Texas.

Había cruzado el Puente Internacional Pharr-Reynosa muchas veces antes, pero esta vez fue diferente. Las coloridas mariposas en tonos de naranja, verde y azul que decoran el frente de la estructura de concreto, las mismas que una vez encontré lindas y divertidas, parecían mirarme como burlándose de mi miseria. Sus ojos brillantes ya no eran divertidos, sino amenazantes. Durante casi una hora sollocé silenciosamente, asustada de la vida que me esperaba al otro lado de ese puente, asustada de lo desconocido, de una vida que no quería.

Acostumbrarme a Weslaco no fue fácil. Todo era tan diferente. No había niños corriendo en la calle jugando “los colores” o fútbol. De repente me sentí tan sola y encerrada. Pero no duró mucho, ya que solo una semana y media más tarde me inscribieron en pre-kinder. La escuela realmente no ayudó, me encontraba sentada sola la mayor parte del tiempo porque no podía hablar inglés, escuchaba a los niños reír y hablar sobre cosas que no podía entender y me sentía tan perdida. Las únicas personas con las que podía hablar eran las señoras de la cafetería durante el desayuno, e incluso ellas parecían desinteresadas. A medida que me sumergía en mi nuevo entorno, me acostumbré a luchar para seguir instrucciones simples, me acostumbré a que me llamaran “the mexican girl”, me acostumbré a ser diferente.

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Durante muchos años tuve que vivir con una mamá de medio tiempo y viendo a mi papá y a mi hermana solo los domingos. Era como saber que tenía una familia propia pero aún así sentirme huérfana. La Pascua era muy difícil para mí porque todos vestían a su familia de cierto color y hacían juegos familia contra familia pero yo siempre estaba sola. Era la chicle de mi tía y mi primo. Mis compañeros en la escuela pensaban que yo no tenía papá porque nunca asistía a las asambleas o shows escolares. Por mucho tiempo odié a mis papás los culpe por mi soledad los culpe por la manera en la que todos me veían cuando ninguno de mis padres me acompañaba a la escuela, con lástima. Cuando mi tía me decía gorda o me decía tonta y no tenía quien me defendiera me preguntaba porque se deshicieron de mi. Yo entendía que me habían mandado a EU por mi bien pero mi educación y el idioma no eran importantes para mí, yo solo quería estar con mi familia yo ya no quería estar sola.

Pero el tiempo pasa, haces amigos, cambias de escuela y todo se acomoda. En tres años estaba hablando Inglés y me acostumbré a pasar más tiempo jugando adentro. Para los 12 años ya no veía mi vida en otra parte que no fuera EU. Y aún seguía sintiendo ansiedad cuando mis papás se regresaban a Reynosa los domingos por la noche, pero ya no me vomitaba como cuando estaba chiquita. Estaba sola en mi casa pero en la escuela tenía con quien platicar, todas mi amigas hablaban español y mi mejor amiga era de Veracruz así que ella sabía lo que era ser “the mexican girl.”

Para los 16 estaba agradecida por la decisión de mis padres. Yo veía como batallaban para pagar la universidad de mi hermana y los gastos de la casa y pensaba “conmigo no tienen ese problema porque no tienen que pagar nada.” Aparte, crecí siendo muy independiente porque no los tuve conmigo constantemente, así que mientras otros necesitaban que los ayudaran en todo, yo solo hacia las cosas que me parecían adecuadas. Creo que el estar alejada de ellos me hizo apreciar el tiempo juntos más. Yo veo que mi hermana tiene muchos rencores pero yo solo trato de recordar lo mejor de mi infancia.

Conforme fui creciendo me di cuenta que para ellos también tuvo que ser difícil dejar a su hija menor ir, que ellos también se han de haber sentido culpables cuando no podían asistir a algo. Aprendí que los padres solo intentan hacer lo mejor que pueden y aunque se equivoquen no es mal intencionado.

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Cuando pienso en mi niñez la mayoría de mis recuerdos son felices. Nunca me hicieron sentir menos, yo era la que veía las cosas así. Mis papás me facilitaron mucho las cosas con la decisión de mandarme a EU y ahora me es claro. Creo que es fascinante cómo nuestra perspectiva cambia con la edad. Ahora que soy una adulta me siento mal por haber culpado a mis padres por separarme de la familia y sé que me perdí de mucho pero también viví mucho con ellos, tuve lo mejor de los dos mundos. Hay veces que todavía digo “todo hubiera sido diferente si hubiera vivido con mi familia”… y quizás sí, pero al final del día amo la persona que soy ahora y ella no existiría si no hubiera vivido la vida que viví.

¿Tienen alguna historia similar creciendo en los Estados Unidos? Díganos en los comentarios abajo.

Cinco Cosas Que, Según Mi Familia, Me Hacen Gringa

Si algo tenemos los Mexicanos es orgullo, y aunque hallamos nacido en Estados Unidos nadie nos va a decir que no somos bien Mexicanos. Aunque eso no quiere decir que nuestros familiares no trataran de hacernos pensar lo contrario. A todos en algún momento nos han llamado pochos, o hasta gringos, cuando visitamos a la familia en México.

Yo crecí en México así que admito siempre me he sentido súper Mexicana, pero resulta que mi familia y amigos tenían otras opiniones. Les pregunté a mis amigos y familiares si yo hacia algo que les hiciera pensar “wow Gaby si es gringa” y las siguientes son cinco cosas que, según ellos, me hacen ver muy americana:

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Mi forma de vestir

La primera es mi forma de vestir. Yo también e notado que la mayoría de las mujeres, especialmente de mi edad, visten diferente para salir. Casi siempre la veo en jeans y maquilladas, muy tapadas. A mi me encanta estar cómoda y odio tener calor, así que no hay día que no me encuentren en shorts de mezclilla y una playera sin chiste. De vez en cuando sí me arreglo, porque amo el maquillaje y la ropa, pero solo en situaciones que lo ameriten. Las apariencias no son lo más importante para mi, pero estar a gusto si.

Cómo saludo

No me gusta saludar. Todos sabemos que México es de esos países que no conocen el espacio personal y todos te saludan de abrazo y beso. En Monterrey esto es todavía más común, pero a mi no me gusta. En mi defensa sí saludo, y no soy una arrogante, es solo que soy muy fan del contacto físico, porque tengo trastorno obsesivo compulsivo. Aparte si lo piensan es muy raro abrazar y besar a personas que aveces son unos extraños.

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Mi sinceridad

Tratar a la gente por igual. Mi mamá antes se moría de la pena conmigo, porque aunque use el usted y no insulte a las personas, si tengo una tendencia a decir lo que pienso frente a quien sea. Normalmente yo veo que cuando personas mayores están presentes la gente mide muchos sus palabras para no ser juzgados, yo no lo puedo hacer. Siempre digo incoherencia tras incoherencia y trato a todos por igual con el mismo respeto, porque al final del día todos somo humanos y lo merecemos. Y de hecho, aunque mi mamá lo odie, la mayoría de la personas me agradecen ser tan sincera y se divierten mucho con las cosas que digo, así que no veo porque cambiar.

No pido permiso

Nunca he pedido permiso. Esta vino de mi mejor amiga que es de Chiapas. Ella dijo que le sorprende que ni de chavita le pidiera permiso a mis papás. Hace ya varios años soy una adulta así que pedir permiso no viene al caso. Pero yo ni de niña pedía permiso y eso es muy raro en una casa latina. En mi defensa crecí siendo muy independiente y muy consciente porque mis papás me dejaron con mi tía desde los 5 años, esa va a ser otra historia. Cuando no tienes a una persona constantemente cuidándote aprendes a valerte por ti misma y a tomar decisiones, así que el hecho de pedir opiniones siempre me fue muy bizarro. Pero que no cunda el pánico porque de todos mis hermanos fui la que menos problemas dio y soy la más centrada la que más medita sus decisiones.

Mi manejo del estrés

La última también viene de mi amiga, y es el hecho que las cosas oficiales como papeleo del trabajo o la escuela no me estresan. La verdad creo que tiene mucho que ver con lo que ya mencioné, el hecho que estoy acostumbrada a hacer las cosas sola. He visto que mi hermana hace todo su papeleo con tiempo y tiene que juntar mil cosas. Yo hago cosa por cosa y muchas veces dejo todo a último momento porque se que lo voy a hacer de cualquier manera. No es algo que me haga sentir presionada de ninguna forma, aunque sí tiendo a ser medio relajada porque hay cosas más importantes en que pensar.

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Esta es mi lista de 5 cosas que, según mi familia, me hacen algo gringa. ¿Pero estoy más interesada en que es lo que opina su familia de ustedes, o que cosas hacen que los dejan de a seis? Dime en los comentarios. Y recuerden todos somos tan Mexicanos de cualquier manera.

Así son los Papás Mexicanos en los Estados Unidos

Por Rocio Monroy

La cultura mexicana es algo diferente y especial y una de las grandes razones por las que el mexicano tiene un comportamiento singular es por la forma en que somos criados por nuestros padres. A las mamás mexicanas no se les escapa nada y siempre están listas para curar todos tus males. Sin embargo, que los papás mexicanos siempre hacen que hasta lo imposible sea posible.

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Pero, ¿qué hace que los papás mexicanos sean tan especiales?

Cinta adhesiva

Los papás mexicanos cuentan con una gran creatividad y siempre encuentran la forma de arreglar todo. Una de sus mejores herramientas es la cinta adhesiva porque no hay nada que no pueda reparar. Todo lo pueden arreglar sin importar que tan grande sea el problema, desde carros hasta muebles.

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Llavero lleno de llaves

Una de las cosas que muchos de nosotros vemos desde que somos niños es a nuestros padres cargar un llavero con una gran cantidad llaves. No obstante, lo que siempre permanece como un misterio es que es lo que abren estas llaves. Nunca vemos a nuestros padres hacer uso de dichas llaves, pero por alguna razón siempre es muy importante que las lleven a todas partes.

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Cartera llena de recibos

Los padres mexicanos son grandes colectores, pero no precisamente de artesanías o pinturas famosas. A los padres mexicanos les gusta colectar papeles e insignificantes recibos en sus carteras. Esto es casi como el caso de las llaves. Muchos de los recibos tienen muchos años en las carteras de nuestros padres y las letras ya casi no son visibles. No obstante, ellos considerar que es buena idea conservador todo eso por muchos años.

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Son independientes

A los padres mexicanos raramente les gusta pedir ayuda. Siempre dicen. “¿Para qué pagarle a alguien? Si, yo puedo hacerlo”. No es importante que un padre mexicano tenga entrenamiento especial para ser plomero, herrero o carpintero. Los padres mexicanos siempre se sienten capacitados para arreglar todo. El tener que pagarle a alguien para que se haga cargo de las cosas de la casa a veces no suena como una buena idea. Ellos prefieren ahorrarse el dinero y hacerlo ellos mismos.

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Pasión por el futbol

A muchos padres mexicanos no les gusta expresar sus sentimientos. Es difícil para ellos decir cosas cursis y mostrar mucho cariño por otros. No obstante, el momento en que no pueden esconder su amor por algo es cuando prenden el televisor y ven un partido de futbol. En eso momento los escuchas gritar con tanta pasión que parecía que en realidad piensan que los jugadores los pueden escuchar. Desde insultos hasta gritos de alegría, todo pasa en el momento del partido.

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Frases de los papás

Siempre se habla de las frases de las madres mexicanas, de lo famosas y peculiares que son. Pero que tal las frases de los padres. Ellos también tienen un gran repertorio de frases que, aunque no son muy famosas, también las escuchamos desde nuestra infancia.

  • “Yo a tú edad estudiaba, trabajaba y mantenía a una familia”
  • “Cuando te ganes tu dinero te compras lo que quieras”
  • “Ya deja esa chingadera, te vas a quedar ciego”
  • “Llámale a tu mamá y pregúntale qué me pidió que comprara”
  • “Mueve el espejo un poquito… No, más para acá… No, más para allá… a ver quítate.”
  • “Ve a cambiarte ese short, así no sales”
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Si alguna vez te preguntaste porque los mexicanos son tan creativos, es por que desde que somos pequeños aprendemos grandes cosas de nuestros padres. Por eso los mexicanos somos diferentes de muchas personas porque como los padres mexicanos no hay dos.  

¿Identificas a tu padre con alguno de estos? Cuéntanos en los comentarios abajo.

Mi Historia es una Entre Muchas. No Más Niños Abusados!

Este artículo es muy personal. Es una historia que no pensé estar lista para compartir aún, pero con todo lo que está pasando a nuestro alrededor creo que es muy importante contar. Creo que como Mexicanos estamos acostumbrados a callar las cosas que nos hacen daño, a evadir los temas que nos incomodan, pero son otros tiempos y estamos en todo nuestro derecho de hablar y de pelear contra los abusos. Como mujeres nos enseñan a ser sumisas. Si alguien te hace algo, no lo cuentes porque a la que van a tachar de mil cosas va a ser a tí. La que tiene la culpa vas a ser tú, que si porque te vistes de cierta manera, o porque sales a tales horas, hasta por como hablas.

Pero cada que escucho a alguien decir estas cosas me quedo pensando en las miles de niñas, y niños, que son abusados diario en México. ¿Qué hicieron esos niños para merecer eso? ¿Estaban vestidos de una manera inapropiada o actuando de una manera que invitara a alguien a hacerles daño? La respuesta es no, todos esos niños estaban siendo niños, actuando como niños no haciéndole daño a nadie. ¿Porque es tan difícil responsabilizar a las personas que se lo merecen?

Y lo peor de todo no es solo el hecho de que las personas culpables no sean llevadas ante la justicia. Lo peor es que, como mencioné antes, a las víctimas se les hace callar. Antes de que digan que no es cierto, piensen en todas esas mujeres que han salido recientemente a contar lo que les pasó. A todas se les ha juzgado, se les llama mentirosas, se dice “¿porque hasta ahorita, porque no antes?” Las acusan, sin saber lo difícil que es aceptar que pasaste por algo así y después de aceptarlo perder el miedo a decirlo. Yo no conté mi historia hasta los 18 años, 11 años después de que fuera abusada.

“Yo no conté mi historia hasta los 18 años, 11 años después de que fuera abusada.”

Todo pasó cuando yo tenía 7 años. El año anterior me habían prescrito lentes y era mi obsesión ver todos los estilos de lentes que habían para niñas. Así que un día, mientras mis papás y mi hermana estaban dentro de una óptica con mi abuela, yo me salí a ver las vitrinas. Sí le avisé a mis padres donde iba a estar, pero eran otros tiempos y no había tanto miedo de dejar a un niño estar sólo en la banqueta. Mientras yo admiraba los lentes vi acercarse a un hombre. Estaba en una calle pública, había más gente caminando por ahí y nunca pensé que me fuera a pasar nada… me equivoqué.

Mi mente ha bloqueado lo que sea que susurró a mi oído cuando se paró detrás de mí, pero nunca voy a olvidar que puso una de sus manos en mi hombro mientras la otra la metió debajo de mi falda. Todo fue muy rápido, me tocó ahí en la calle y yo me quedé petrificada. Pero así como llegó se fue, no me dio tiempo de gritar no tuve tiempo de pedir ayuda, no se si alguien lo vio o no pero nadie hizo nada. Cuando regresé en mi me dirigí hacia dentro con mi familia y me quede callada. Por 11 años me quedé callada. Me callé por varias razones. La primera para no angustiar a mis padres, yo no quería que mis papás sintieran que me fallaron o que no me cuidaron bien, porque no fue su culpa. También sentía que yo no tenía derecho a quejarme porque habían personas a las que violaban y mataban y a mi solo me habían tocado, qué derecho tenía yo de llorar cuando no fue tan grave. Y a los 7 años entendía que no iban a hacer nada, que si íbamos con las autoridades dirían que lo inventé, que no había pruebas, que nunca darían con el culpable.

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Por años me hice creer que eso no me había afectado, que era más fuerte que mis traumas. Me dije a mi misma que no le iba a dar el poder a ese hombre de seguir haciéndome daño y arruinando mi vida. Pero nada es tan fácil. No puedo ver casos de niños abusados en la televisión porque me dan ataques de ansiedad, no puedo ver a un hombre acercarse a mis sobrinos sin asumir que les va a hacer daño, por años no tuve amigos del sexo opuesto porque no podía ni hablar con los hombres y menos dejar que se me acercarán. Las cicatrices que quedaron en mi no son físicas pero son muy obvias cuando pones atención. Mentalmente nunca he sido cien por ciento la misma. No sé como dejar que me quieran, ni cómo demostrar que se querer, porque vivo a la defensiva en todo momento.

Pero algo bueno salió de todo esto: la conciencia. El saber que esto pasa a diario y el querer hacer algo al respecto. El no querer ver a ningún otro niño o mujer ser lastimado, porque nadie se merece ese martirio. Porque aunque no los maten físicamente, matan su espíritu y no estoy dispuesta a ver otra luz apagada.

“Es hora de decirles a todas las víctimas de abuso que deben hablar, hacerlos sentir seguros para que puedan recibir la justicia que se merecen.”

Es hora de decirles a todas las víctimas de abuso que deben hablar, hacerlos sentir seguros para que puedan recibir la justicia que se merecen. Crear un vínculo de confianza con nuestros niños para que sepan que no están solos, que si alguien los acosa o se portan de alguna manera inapropiada con ellos, vamos a estar de su lado. Ya no hay que callar las cosas que nos incomodan porque por eso estamos como estamos, porque nunca ha habido consecuencias. Los Mexicanos somos muy unidos para lo que queremos, pero hay cosas que no queremos cambiar para poder progresar, y creo que la mentalidad que tenemos para con estas cosas es una de ellas.

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Así que les ruego dejen de preguntarse qué harían las personas para merecer lo que les pasó, porque la respuesta es nada. Las personas que vemos en la calle están peleando una batalla constante y el mundo debería de ayudarlos y apoyarlos no hacerlos sentir culpables. Enseñemosle a las niñas y a los niños a levantar la voz para que podamos hacer algo por ellos y que no crezcan con traumas que les eviten conseguir la felicidad. No le restemos importancia a las situaciones de unos comparándolas con las de otros, porque todas son importantes. Unamos fuerzas para decir ya basta a este tipo de abuso, porque ya no deberíamos despertar con la noticia de que se encontró otro cuerpo sin vida, o que otra persona está desaparecida. Este es un problema de todos, y tenemos que hacer algo.

Batallando el Prejuicio de “La Tia Solterona”

La mayoría de nosotros tenemos esa tía que nunca se a casado, la solterona que todos tachan de borracha e irresponsable. Lo que nunca imaginamos es que muchas de nosotras nos convertiríamos en esa tía, por lo menos yo nunca lo pensé. Este año voy a cumplir 27 años, y en esos 27 años nunca e tenido una relación, y si soy completamente honesta no es algo que me haga falta. Pero aunque yo esté feliz así, mi familia no lo esta.

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Las mujeres, especialmente la latinas, siempre hemos tenido la presión de la sociedad y de nuestras familias de seguir un plan previamente estipulado, por quién sabe quién, en el que una tiene que encontrar pareja a cierta edad, casarse a cierta edad, y tener hijos a cierta edad. Muchas de nosotras nos lo hemos tomado tan a pecho que dejamos a un lado nuestra identidad, se nos olvida que tenemos sueños e intereses propios porque cada año que pasa “se nos está acabando el tiempo.

Yo solía ser de las personas que tenía todo un plan. Para los 28 ya estaría teniendo a mi primer hijo después de 3 años de matrimonio, y pues no. Cada que cumplía años y seguía sola me estresaba pensando en lo horrible que iba a ser llegar sola a todos los eventos. Después decía “¿que estaré haciendo mal? De seguro es por gorda o porque no soy muy sumisa. Como yo no soy bonita como mi hermana.” Habían esas personas que me decían “es que tienes que ser menos brusca no digas todo lo que se te ocurre, deja de salir de la casa desarreglada” y me preguntaba si estaba mal tener mi propia manera de pensar y ser honesta y dar mis opiniones.

Habían esas personas que me decían “es que tienes que ser menos brusca no digas todo lo que se te ocurre, deja de salir de la casa desarreglada”

Pero a los 17 años pasó algo que me hizo ver que yo no era el problema. Estaba en mi clase de francés y un amigo estaba jugando con mi mejor amiga entonces ella le dijo “aish! porque siempre son así conmigo y a Gaby no le dicen nada” a lo que él contestó “Gaby nos intimida, porque es de las que sí saben lo que quiere.” Con esa frase me di cuenta que el problema era que la gente no estaba lista para aceptar que hay mujeres de personalidad fuerte, saber lo que quieres y hablar abiertamente de ello no es algo negativo pero sí inesperado porque nos educan para ser sumisas y aceptar todo. Yo nunca hice nada para intimidar a nadie solo decía lo que quería cuando quería, pero eso los asustaba.

Desde ese día empecé a escuchar lo positivo que la gente decía de mí: que era inteligente, chistosa, algunos hasta decían que era bonita. Admito que cuando cumplí 22 años y seguía sola volví a caer en la idea de que estaba haciendo algo mal, pero luego empecé a salir a citas y había veces que decían “wow, tu quieres hacer muchas cosas y pláticas muy padre” y después me dejaban de hablar. Me di cuenta que era intimidante para ciertas personas estar con alguien que no tiene planes de casarse o tener hijos o depender de nadie.

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Ahora en día hay más y más mujeres que son independientes que están más enfocadas en tener una carrera, en estudiar, en ser emprendedoras y siento que son un gran ejemplo para muchas niñas y adolescentes. Pero aún así siguen habiendo personas que juzgan a esas mujeres, que las presionan para que busquen pareja y que tengan hijos “porque luego te vas a morir sola.” Y si no quieren pareja e hijos aseguran que algo está mal con ellas o que son lesbianas, como si eso fuera impedimento para tener una familia.

Hace algunas semana fui a la premier de Mujercitas y salí de la sala muy feliz, no solo porque la película habla de la hermandad y de seguir tus sueños, pero porque demuestra que las mujeres somos seres independientes con gustos diferentes y sueños diferentes que no son menos válidos unos que otros. Cada una de las hermanas sabía el camino que quería recorrer y así lo hicieron. Meg soñaba con formar una familia y tener una vida tranquila mientras que Jo quería ser una gran escritora y valerse por sí misma.

“Hay mujeres que quieren casarse y formar una familia, hay otras que quizá solo quieren hijos pero no casarse, hay mujeres que quieren tener su propio negocio y ser empresarias, y hay mujeres que quieren viajar por el mundo sin dar explicaciones a nadie.”

La vida real es así, hay mujeres que quieren casarse y formar una familia, hay otras que quizá solo quieren hijos pero no casarse, hay mujeres que quieren tener su propio negocio y ser empresarias, y hay mujeres que quieren viajar por el mundo sin dar explicaciones a nadie. Y todas somos importantes, todas tenemos el derecho a seguir el rumbo que queremos sin ser criticadas. Las amas de casa no son más tontas que las demás, y las profesionistas no son más frías y cortantes. Tampoco es imposible lograr un balance entre tu profesión y tu familia y no deberían las mujeres sentirse obligadas a elegir una cosa o la otra.

Tampoco deberíamos de sentirnos presionadas por lograr nuestras metas en los tiempos de alguien más. Si nos vamos a casar algún día es porque vamos a conocer a alguien que valga la pena. No tenemos que conformarnos con algo que no queremos. Y si inicias una carrera y te tardas en llegar a tu meta no quiere decir que fracasaste y que tienes que dejarlo ir.

A lo mejor algunos van a tener problemas con este artículo, pero siento que son cosas que tenemos que tener presentes. Aparte quiero que las mujeres entiendan que tienen opciones que sus sueños valen la pena. Y para las tías solteronas este 14 de febrero enfoquemos en nosotras, en ser mejores mujeres en crecer como personas. Salgan al cine,vayan a cenar, dense un regalo. Entiendan que no es necesario que alguien más las ame para sentirse amadas, empecemos por amarnos a nosotras mismas.