Mi Mamá, Una Mamá muy a la Mexicana

En México se habla mucho del patriarcado y el machismo como uno de los factores que tristemente caracterizan al país, es como nos ven otras personas. Pero de lo que nunca hablan es de lo chingonas que son las mujeres mexicanas. Y las mamás mexicanas son como ningunas otras, lo pueden hacer absolutamente todo.

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Cuando pienso en mi mamá lo primero que viene a mi mente es su autoridad. Los padres latinos siempre creen que ellos mandan en la casa pero la verdad es otra. Los papás puede que dicten las reglas pero las mamás son quienes las hacen cumplir. Mi mamá siempre fue la que se encargó de administrar castigos, nunca le tembló la mano para dar un chanclazo o un cintarazo. Ella era de las que te daba el golpe y luego investigaba porqué. Quizá para algunas personas ahora en día suene muy cruel, pero esa fue la realidad de muchos de nosotros, y yo en lo personal agradezco cada golpe que me dio mi mamá. Aprendí que hay consecuencias para todo y que la mejor manera de evitarlas es ser una buena persona y hacer lo que debo hacer. Mi papá respetaba ciegamente los castigos de mi mamá y hasta nos los explicaba, después de cada estirón de orejas nos preguntaba “¿y entendió mija/o porque le pego su mamá?”

Mi mamá también era la administradora de la casa. Recuerdo ir a Soriana y mientras mi papá nos dejaba comprar lo que quisiéramos mi mamá nos hacía escoger solo una cosa. También solía tener sus trucos para evitar que mi papá gastara de más. Por ejemplo si mi papá estaba tomando con los primos de mi mamá ella sabía que iban a abusar y hacerlo pagar todo, así que siempre le iba a decir que pensaba salir y necesitaba dinero. Mientras mi papá pensaba que nos habíamos ido mi mamá guardaba el dinero y nos decía “nada mas no vayan a donde está su papá.” Tiempo después cuando mi papá decía que ya andaba en cero ella casualmente sacaba su bolsa y le decía “ah, no te preocupes aquí traigo yo.”

Mi papá siempre se encargó de decirnos que debíamos ser independientes y estudiar para nunca valernos de ningún hombre. Pero mientras para muchas muchachas eso significaba no tener que hacer cosas del hogar, para mi mamá significaba que teníamos que aprender a hacer los quehaceres. Ella nos recordaba que para ser independientes teníamos que aprender a atendernos solas y eso significa aprender a cocinar y limpiar. Ahora es muy divertido ver la cara de la muchacha que le ayuda a mi hermana cada que le digo que yo le ayudo a trapear o a lavar los trastes.

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Mi mamá sólo estudió hasta quinto de primaria y nunca ha sido la más inteligente. Tuvo un marido abusivo antes de mi papá y una mamá que la dejaba sola desde bebita, así que nunca ha sido muy afectiva. Pero para mí es perfecta. Es noble y entusiasta, jamás te va a decir que no puedes hacer algo. No es muy buena dando consejos pero siempre te impulsa a hacer lo que tú quieres. Para ser tan estricta como lo solía ser, es muy inocente y confía ciegamente en todos. De lo poco que tiene nos da todo y siempre nos quiere ayudar.

Mi madre es perfecta y única para mí, pero también es un gran ejemplo de la madres fregonas mexicanas. Madres que hacen todo por el bien de los hijos aunque a ellas les parta el alma. En estos tiempos en los que estamos alejados por razones fuera de nuestro control, recordemos hablarle a nuestras mamás y decirles que les estamos agradecidos y las amamos. Y aquellos que ya no la tienen consigo no olviden que nunca los abandoran, y que vayan a donde vayan siempre estarán con ustedes.

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