Hoy en día hay mucha discusión política en las redes sociales, mucha gente expresa su opinion de como ve las cosas… si alguien la esta haciendo bien, si la esta haciendo mal, si fulanito es un tal por cual, etc. Y supongo que es una de las maravillas de esta época que estamos viviendo, nos da no solo un medio para expresarnos, sino plataformas para darle más espacio a nuestra opinion.
Aquellos que, como yo, vivimos el Mexico de los años 70 y 80’s probablemente podamos apreciar aun mas la oportunidad de expresión. Y ni que decir de aquellos que vivieron los 60s. No sólo la tecnología ha avanzado, sino que también hay mas espacio para opiniones de todos los caminos e inclinaciones que antes to teníamos.
Sin embargo, la libertad de expresión viene también con la responsabilidad que lleva el expresarte, y con la salvedad de que otros tendrán la misma libertad, aun cuando no tengan la misma opinion tuya. Y así cada día nuestro mundo se abre, nos vamos dando cuenta de la diversidad de opiniones y personalidades que hay “en esta viña del señor”. Esa es la maravilla de la tecnología, abrirte a nuevos mundos y experiencias.
Al participar en redes sociales, blogs, vlogs, etc estas asumiendo la responsabilidad de vivir en este mundo diverso y ser un ciudadano de el mismo. Así pues, si vas por la calle gritando tu opinion a quien la quiera escuchar, pues por ende te abres a la posibilidad de que alguien te pare en tu camino y te haga saber su opinion también.
“Nuestro trabajo no es el de jugar el juego de los políticos y dividirnos entre nosotros, sino el de exigir un mejor gobierno y mejores lideres, mejores empresarios, mejores ciudadanos.”
Página Mexa
No obstante, tienes que también entender que hay otro lado a esta apertura tecnológica que tiene el efecto contrario a dicha apertura del mundo. Dependiendo a quien sigas en tus redes sociales y que tan abierto estés a la diversidad de opinion, podrás darte cuenta de repente que vives en una burbuja creada por ti mismo. El mundo que te rodea, o que dejas que te rodee, tiende a reforzar las opiniones o creencias que ya tienes, independientemente de su fundamento o valor.
Para los que vivimos en Estados Unidos esto se ha vuelto muy evidente desde las últimas dos o tres campañas presidenciales. Muchos de Los Demócratas y Republicanos se han realmente entregado a esta idea del identity politics que define a los electores con base en sus inclinaciones, haciendo a un lado a aquellos que puedan tener una opinión mixta o hacia el centro. La estrategia no solo tiene mucho que probar como método para hacer a la gente mas participatiba en las campañas políticas, sino que ha probado ser una herramienta de división que polariza las opiniones y hace mas difícil la convivencia entre personas de distintas inclinaciones políticas.

Lo mismo se hace hoy en dia evidente en Mexico, donde ya han salido varios terminos que, con ganas de insultar al otro, intentan definir a los del otro bando. Estoy hablando de términos como “chairos”, “fifis” o el que mas recientemente he escuchado, “chayoteros”. Lo curioso es que una persona puede ser tachado de uno o de otro intercambiablemente, dependiendo de la opinion o el tema del que este opinando. Lo he visto cuando, el simple hecho de compartir una noticia sobre Mexico, presentando un simple dato o acontecimiento, puede ponerte en uno u otro lado, aún cuando tan solo estes reportando el hecho sin ninguna opinión.
Pero el descartar al de enfrente tan sólo por opinar distinto a ti es jugar el juego de los políticos. Es tomar bando como alguien toma la religión, por pura fé y sin buscar evidencia a favor o en contra. Divide a la gente y le favorece al político porque encasilla a los votantes con su bando por largo tiempo. Y es que, ¿que tan comunmente cambia uno de religión?
La tecnología nos presenta la oportunidad de usarse como una herramienta que nos abra las puertas a nuevos mundos y experiencias. Nos puede ayudar también a encontrarnos como personas y darnos las herramientas para expresarnos y fundamentar nuestras opiniones. Pero tal como alguien que llega a una nueva escuela, donde no conoce uno a nadie, tiene uno que estar dispuesto a escuchar distintas opiniones, a discutirlas civilizadamente y encontrar puntos de acuerdo, mientras respetuosamente se acepta un desacuerdo en otros. Esta idea de que “o estas conmigo o estas contra mi” no contribuye a construir comunidades y/o relaciones duraderas.
Así pues, aquí les comparto algunas reglas básicas para llevar una mejor convivencia digital entre los mexicanos de tan diversas opiniones:
- Escucha los argumentos del otro.
- Ataca las ideas, no a las personas.
- Fundamenta tu opinion con echos, no con otras opiniones o falsedades.
- Entiende que aunque dos cosas que pudieran parecer opuestas, pueden existir en una misma realidad.
- Sabe que no puedes hacer cambiar de idea a todo el mundo, que no todos han tenido tus experiencias o ven el mundo igual que tú.
- Respeta a las personas y las diferencias que tienen contigo y ellos harán lo mismo.
- Si no encuentras un acuerdo, respetuosamente dilo y sigue adelante.
- No descartes a una persona solo porque tiene una opinion distinta a la tuya. Busca otros puntos donde puedes estar de acuerdo – seguro los hay.
Y así como menciono a Estados Unidos como muestra de la division que queremos evitar entre los mexicanos, es aquí tambien donde encuentro palabras para alentar la esperanza. En su discurso “A more perfect union”, Barack Obama, todavía en campaña, hablaba de las divisiones raciales y el pecado original de la esclavitud en este país. Habló de la necesidad de entender a la sociedad como un ente imperfecto y cambiante, y sobre la esperanza de que las nuevas generaciones traerán ese cambio. Así tambien los mexicanos necesitamos ver que muchas son las circunstancias que nos han traído al día de hoy, muchos errores de los gobernantes y los gobernados del pasado. Que si bien algunos de ellos han sido terribles, muchos han tenido algunos aciertos. Pero, sobre todo, que nuestro trabajo no es el de jugar el juego de los políticos y dividirnos entre nosotros, sino el de exigir un mejor gobierno y mejores lideres, mejores empresarios, mejores ciudadanos, sea cual sea su religion (o falta de), o su afiliación partidista. Porque al final, todos queremos un Mexico del cual sentirnos orgullosos, estemos o no cerca de él.