Como Nació mi Amor a la Virgen de Guadalupe

El doce de diciembre celebramos el día de la Virgen de Guadalupe, es un día de fiesta en el que veneramos a la patrona de todos los Mexicanos. La mayoría de nosotros conocemos la historia de Juan Diego y las apariciones de la Virgen María, es algo con lo que crecimos y lo cual marcó nuestra fe. No hay muchos que no tenga una imagen de la virgen en su casa. Es tanto su poder que hasta aquellos que no son muy religiosos le tienen un amor ciego a nuestra morenita. ¿Pero cómo educamos a las nuevas generaciones? ¿Como inculcamos en ellos el amor por nuestra señora de Guadalupe? ¿Como enseñarlos a tener fe pese a todo lo que la vida les puede mandar? 

Quisiera decir que leyendo la Biblia los niños van a despertar un día creyendo ciegamente en los designios de Dios pero no es así. Traté de buscar en mil páginas cómo educar a los niños sobre lo que es ser católico y tener fe en la virgen de Guadalupe, pero nada sonaba convincente. Fue entonces que me puse a pensar en cómo fue que yo, y muchos de ustedes quizá, aprendí sobre mi religión y cómo fue que mi amor hacia algo tan inexplicable como la virgen surgió. 

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Desde muy pequeña fue muy aparente para mí que mi familia tenía esta creencia. Mi mamá tenía altares a San Judas Tadeo, con alrededor de cuatro estatuas diferentes de todos tamaños, en la entrada de la casa había un cuadro de la virgen y sobre la puerta un crucifijo. Pero no fue sólo ver estas imágenes que me enseñó lo que es ser católica si no el hecho de ver a mi mamá pedirle con tanta fe a quienes ignorantemente yo llamaba monos. Mi mamá no nos obligaba a ir a la iglesia todos los domingos pero si en fechas especiales, también asistíamos a todas las bodas, quinceañeras, funerales y demás. Cada nochebuena se acostaba al niño dios y se rezaba el santo rosario no solo en nuestra casa pero en la de todas las vecinas. Con el tiempo mis hermanos y yo aprendimos a orar como nadie, en ocasiones señoras se acercaban a mi mamá para decirle lo sorprendidas que estaban de lo bien que sabíamos rezar. 

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Tal como aprendemos nuestro primer idioma el aprender de nuestra fe empieza por la imitación a nuestros padres o personas cercanas a nosotros. Con cómo vamos creciendo y entendiendo el significado de lo que estamos diciendo crece ese amor y lealtad a Dios. Aún recuerdo cuáles fueron las palabras que me hicieron creer y confiar en la virgen de Guadalupe. Fue en uno de los rosarios que rezabamos en nochebuena cuando por fin entendí o por fin me llegaron las palabras al repetir “Dios te salve Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra” y “Ea pues, señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos.” En ese momento pensé María no es sólo madre de Jesús, también es madre nuestra, ella es esperanza y misericordia ella ve por nosotros porque nos ama a pesar de todo. 

Se que posiblemente muchos de ustedes pensaran que no es tan fácil como lo hago ver y que sus hijos no responderían así. Y no, no es fácil se requiere de mucha paciencia es algo que va a tomar años, pero se empieza con pequeños pasos por ejemplo rezar con ellos todas las noches o comprarles su propia imagen de la virgen y decirles que ella los cuida. Este 12 de diciembre pueden aprovechar para llevarlos a una de las celebraciones a la virgen o mostrarles los programas referentes a esta festividad que salen cada año en la televisión. Ahora en día también existen libros para niños sobre la virgen y otros santos al igual que vídeos en YouTube, es más hay una película animada pronta a salir basada en las apariciones de la virgen a Juan Diego llamada Tepeyac. Somos un pueblo unido en la fe y espero que siga siendo así, no se den por vencidos y enseñemosle a nuestros niños del gran amor que nos tiene nuestra virgencita de Guadalupe ahora en día hay muchas formas de hacerlo el punto es encontrar lo que más les acomode.

Y, ustedes, ¿Cómo recuerdan la celebración a la Virgen de Guadalupe?

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