La Polarización Política y el Postureo Ético en Redes Sociales

El otro día una persona, a quien considero una persona muy bien educada (ya que ostenta un título universitario), estornudó a un lado mío.

“¡Salud!” le dije.

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La persona se disculpó y me explicó que tenía catarro porque había estado en un lugar con  el aire acondicionado muy frio. Yo sonreí, y le dije que lo chistoso es que las temperaturas frías en sí no tienen mucho que ver con los resfriados. Todo eso es más bien “superstición”, le dije. La ciencia, a través de la teoría microbiana de la enfermedad, nos explica que lo que realmente causa los resfriados y muchas otras enfermedades infecciosas, son microorganismos conocidos como patógenos o gérmenes. La única razón por la cual relacionamos los resfriados con las temperaturas frías, es porque durante el invierno los humanos tenemos la tendencia de congregarnos en masa en lugares cerrados para cubrirnos del frio. Por lo tanto, entramos más en contacto con los mejores huéspedes de estos microorganismos patógenos: otros seres humanos. Por eso ocurre el contagio, por el comportamiento humano en temperaturas frías y no por las temperaturas en sí.

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Reconocí en la persona esa mirada que significa que he compartido demasiada información. Su respuesta fue la siguiente:

“Ah, pues esa es tu opinión ¿no…? O sea, cada quien puede tener sus propias ‘teorías’, pero lo que uno piensa, pues es muy de uno ¿no…? O sea, lo que piensas es lo que materializas, es lo que conviertes en tu realidad ¿no?”

Sonreí y le di la razón. Pero  me di cuenta de algo; en realidad hay mucha gente que piensa así. Aunque hayan tenido una educación formal, piensan que cada quien puede crear su propia verdad.  Creen que la verdad es un tema de opinión o perspectiva. La realidad es que, sobre todo en esta era del “Fake News”, indistintamente si hablamos de gente educada o no educada, hay muchos entre nosotros que no entendemos el significado real del método científico, su propósito o sus alcances. Muchos entre nosotros aceptamos todos los beneficios que la ciencia y la tecnología nos ofrecen; los Smart-phones, el internet, la medicina avanzada etc., pero si algo científico contradice nuestras creencias personales, no titubeamos en poner ferviente oposición a la ciencia.  Entre muchos de nosotros tampoco se conoce una rama de la filosofía llamada epistemología, la cual estudia la teoría del saber; es decir, estudia la verdad. Para mí la epistemología es como la supervisora del método científico, esencialmente, su función se podría resumir en 3 muy importantes preguntas: ¿Cómo podemos saber la verdad? ¿Cómo sabemos que los métodos que usamos para descubrir la verdad son correctos? y ¿Cómo podemos saber que los datos que estamos recopilando son verdaderos? La epistemología es una ciencia que aplica el método científico a sus investigaciones, y que llega a una verdad objetiva con exactitud matemática, en lo posible. Por lo tanto, la verdad objetiva no está sujeta a la opinión de nadie. 

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¿Pero qué tiene que ver todo esto con la polarización política y el postureo ético, y porque necesariamente tiene que ser todo esto algo malo?

La polarización política se refiere a que es más probable que la postura de una persona sobre un tema político o una persona dentro de la política se defina estrictamente por su identificación con un partido político en particular, y no por su conocimiento de la verdad dentro de tales temas políticos. Por ejemplo, en Estados Unidos el ser Demócrata o Republicano, o Liberal o Conservador. Y con la polarización que ahora cobra popularidad en México, los términos correspondientes son  “Chairo” o “Derechairo.”

Una de las consecuencias negativas de la polarización política es que cuando se propaga este fenómeno en la sociedad, las voces moderadas a menudo pierden poder e influencia, y hay mucha gente que siente que no tiene voz o que su voz está siendo suprimida por una ideología opuesta. Esto significa que lo que más escuchamos son opiniones extremas, las cuales causan polémica y a veces hasta violencia.

Y aquí es donde toma relevancia el postureo ético. Cuando compartimos nuestras opiniones en redes sociales, sobre todo si se tratan de temas políticos o religiosos, estamos practicando un comportamiento humano denominado postureo ético. El postureo ético, según lo empiezan a definir los diccionarios,  es el tomar una acción conspicua pero esencialmente inútil, para apoyar una buena causa, o señalar el mal comportamiento de un individuo o grupo de individuos, con la finalidad de mostrar cuán más moral es uno que todos los demás. (Sonidos de vomito) “¡Qué asco, yo jamás haría algo así…!” La anterior es precisamente una frase muy común que acompaña a estas declaraciones de supremacía moral. Y todos, sobre todo los que tenemos perfiles activos en redes sociales, somos culpables de cometer postureo ético en algún momento en nuestras vidas. Aquí nadie queda libre de culpa.

La razón por la cual nuestro postureo ético juega un papel importante en la polarización política es porque las plataformas de redes sociales utilizan logaritmos para averiguar qué contenido es el que más nos hace reaccionar y ser participativos. Esto es algo de sumo interés para cualquier compañía que quiera comprar publicidad en cualquiera de nuestras plataformas de redes sociales, ya que esto les permite encontrar a las personas más propensas a comprar su producto. Una vez que encuentran a su público, lo pueden inundar de publicidad. Esto, por ende, tiene el mismo valor para una campaña política.

Se supo desde muy temprano en la era de las redes sociales que la polémica es lo que causa la reacción natural humana deseada por los que nos quieren vender sus productos, o sus ideas políticas. Y ya que la polémica es lo que más nos incita a ser participativos con el contenido de internet. Entonces esto es lo que los logaritmos de nuestras redes sociales propagan. Las plataformas de redes sociales llenarán nuestro “Feed” de cosas polémicas que van a causar que reaccionemos. Y en estos tiempos donde todos nos sentimos ofendidos por algo, y cualquiera puede  visitar un sitio como “http://www.yotengolarazón.com” y ahí encontrar un argumento en contra de cualquier cosa que nos ofenda para proceder a publicar dicha información a nuestras redes sociales y así como pavorreales, ¡exhibir al mundo nuestra  superioridad moral…!

Si solo fuera para entretenernos, si solo consiguiéramos nuestros “Likes” y pudiéramos continuar con nuestras vidas, entonces no habría ningún problema, no habría ninguna víctima más allá de alguno que otro ofendido. El tema es que la polarización política y el postureo ético tienen consecuencias que nos afectan a todos a un nivel mucho más profundo que ese. El verdadero problema  es que muchas veces la información que se propaga de esta manera no tiene ningún fundamento en la verdad.  Así es como se propaga la “Fake News”.  Así es como se ha comprobado que se ha logrado influenciar al electorado de muchos países para elegir a candidatos que ahora están en el poder, o para pasar referéndums de importante legislación. El involucramiento de firmas tecnológicas como Cambridge Analytica, que se especializan en usar precisamente este tipo de logaritmos para influenciar a los electorados de distintos países como Estados Unidos y La Gran Bretaña (el caso Brexit)  es un hecho comprobable, no una teoría  u opinión (en esta era del “Fake News” es importante hacer la distinción). Cambridge Analytica es una compañía ahora disuelta y bajo investigación por fraude electoral por los aparatos de Justicia de ambos países.   

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Conclusión: ¿Valdrá la pena que la mitad de nosotros  se pelee con la otra mitad por defender opiniones o creencias sin fundamento, las cuales ahora resulta que ni son nuestras,  ya que estamos siendo manipulados por logaritmos en redes sociales…? Espero con entusiasmo sus comentarios.

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