Recordando las Tradiciones Mexicanas de Inicio de Año

Nosotros los inmigrantes, sobre todo los de primera generación, nos hemos adaptado a las festividades y tradiciones estadounidenses y las festejamos como todo el resto. Sin embargo, provenientes de diferentes países de Latinoamérica, incluyendo México, tenemos nuestras propias tradiciones y costumbres, aquellas que nos causan nostalgia al recordarlas, y que es muy posible que nuestros hijos nacidos aquí no sientan el mismo apego o ni siquiera sepan acerca de ellas. Son las que forman nuestra idiosincrasia, nuestro origen y que viven muy dentro de nuestro corazón y recuerdos.

Después de las fiestas decembrinas, llega el 6 de enero y a quién no le encanta partir la Rosca de Reyes, una tradición cristiana en honor a los tres Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltazar, quienes, siguiendo la estrella de Belén, buscaban encontrar al Niño Jesús para ofrecerle oro, incienso y mirra.

Que emoción es dar una mordida a ese pedazo de rosca, con la sorpresa de llevarse entre los dientes al muñequito. Si te sabes la historia, encontrarás mucha alegría al contar a tus hijos y familiares la razón por la que ese muñequito se encuentra allí, siendo la misma representación del Niño Jesús y a disfrutar con un rico chocolate de un fantástico rato familiar de esos que no tienen precio y de los que se componen los mejores momentos de la vida. ¿Te tocó el muñeco? Pues te toca invitar los tamales el día 2 de febrero, Día de la Candelaria. Ese producto esencial y delicioso que ha sido la base de la alimentación de los pueblos prehispánicos y continúa hasta nuestros días como un alimento que tiene una presencia preponderante en cualquier celebración y en la vida diaria.

El Día de la Candelaria, una fecha rica en tradición y que, según varios historiadores, representa para cada país como en España, la fiesta de la Virgen de la Candelaria y en la comunidad cristiana, la presentación de Jesús en el Templo y la purificación de la Virgen después del parto. En México, representa la temporada de siembra durante la época prehispánica donde los mexicas bendecían el maíz para ofrecerlo al dios Tláloc, entre otros (dios de la lluvia y la fertilidad en la cultura azteca) y con la evangelización de los pueblos indígenas durante la época del virreinato, se hizo costumbre comer los antes mencionados y deliciosos tamales.

Esta celebración hispana también tiene su representación en la Calle Olvera del centro de Los Ángeles, donde se lleva a cabo la bendición de los muñequitos vestidos representando al niño Jesús cuando fue presentado al templo. Así que esta celebración católica-cristiana tiene una muy buena acogida para degustar de ricos antojitos, pero un gran motivo para enseñar a nuestros hijos acerca de nuestras tradiciones y que no caigan en el olvido.

No te hagas, te salió el muñeco en la rosca y ahora te tocan los tamales para el Día de la Candelaria y que alguien más se encargue de preparar el atole y asegúrate —eso sí — de que cada uno de los que disfruten de la fiesta pongan su grano de arena, con una gran sonrisa.